¿Por qué vale la pena apostar por el blanco en la decoración de interiores?
Sin duda, el blanco es una apuesta ganadora en la decoración. Combina con cualquier tono, transmite tranquilidad, da una sensación de amplitud y hace que la luz sea más intensa en lugares donde escasea.
Para muchos el blanco en la pared es sinónimo de limpieza, una idea que se asocia poco con un hogar y se relaciona en mayor medida con la asepsia que requieren los hospitales y clínicas. Sin embargo, el color blanco es una tendencia regular en paredes, muebles de cocina e incluso en sillas y sofás.
Todo resulta poco para dar claridad a una habitación. Si bien, en sofás y butacas, pueden contravenir las leyes de la funcionalidad, ya que el blanco se ensucia más, los productos de limpieza actuales ayudan a conseguir que desaparezca el problema con rapidez.
Otro de los problemas del blanco es que puede resultar frío, incluso aburrido. Pero para incorporarlo a un ambiente más cálido basta con emplear los materiales adecuados para que resulte acogedor.
“El blanco contribuye a dar unidad e integridad visual a los espacios”, explica la interiorista Liliana Millán, quien recomienda utilizarlo para aportar equilibrio a cualquier rincón de la vivienda.
AMPLÍA ESPACIOS
“El blanco siempre es una apuesta segura porque transmite luz, calma, amplía los espacios y siempre es tendencia”, apuntan los expertos de Kenay Home.
Desde esta firma de muebles proponen dar calidez a los espacios con toques de color en los textiles y en “diferentes piezas decorativas” como jarrones, macetas o cuadros.
¿Cuáles son los tipos de blanco que existen? Blanco perla, blanco hueso, blanco antiguo, blanco seda, las posibilidades de tonos son muchas. Y la neutralidad del color puede variar si se le añaden toques de amarillo, naranja o rojo, para crear ambientes más cálidos. Otra opción es mezclarlo con una gama de grises o azules, para dar forma a un espacio más sobrio y elegante.
CALIDEZ Y SERENIDAD
La firma Vitra recuerda que las patas de las sillas Fiberglass Chairs y las Plastic Chairs, que se encuentran entre los diseños más importantes del siglo XX, conocidas por el nombre de Eames Shell Chairs no han dejado de “perfeccionarse” y adaptarse a los cambios de altura, materiales o colores.
Primero fue la actualización del color de las carcasas del asiento que ahora se amplía con un acabado nuevo y después las estructuras pintadas en polvo blanco a toda la gama, una base que se podrá combinar con distintos colores de asiento.
Las Fiberglass Chairs –denominadas así por su material– salieron al mercado en 1950 y, después de una larga interrupción en su fabricación, Vitra comenzó a producir las sillas de Charles y Ray Eames en su material original de fibra de vidrio.
La ropa de cama también adopta el blanco como el color de la temporada como demuestra la colección Ziba de Gamanatura, “frescura y calma”, para conseguir un buen descanso, con ligeros motivos florales que aportan “armonía” y “amplitud” en el dormitorio, según aseguran sus creadores.
El blanco en el dormitorio es el tono por el que apuesta Gancedo también en la ropa de cama “para aportar calidez y serenidad”.
Esta firma de textiles se inclina por un tejido “bouclé” blanco que imita la lana de oveja, que se ha convertido en poco tiempo en el “best seller” de la colección diseñada por Serge Castella, por su tacto suave.