Pol Massoni, premio Mies van der Rohe: «En la arquitectura tomas partido» | Cultura y entretenimiento

Los arquitectos de la cooperativa catalana Lacol han recibido este martes el premio Mies van der Rohe como un espaldarazo a su proyecto transformador, que combina arquitectura con conciencia social, y que Pol Massoni, uno de los miembros fundadores del grupo, sintetiza bajo esta máxima: «Cuando tú decides qué quieres construir, estás tomando partido».

En una entrevista telemática concedida a Efe, Massoni reivindica la capacidad de «incidencia» y la «implicación política» que, según él, tiene la arquitectura, a pesar, dice, de que esto «siempre se haya querido dejar en una segunda pátina», relegado ante la visión «acrítica» del arquitecto que «solo construía lo que le pedían».

«La arquitectura es uno de los elementos que transforma la realidad que trabaja. No modela nada por si sola, pero sí que es una herramienta más. Y en esto, tenemos la certeza de que es necesario trabajar junto con otros ámbitos políticos, económicos y sociales», sostiene el miembro fundador de la cooperativa Lacol.

Desde su creación en 2009 por un grupo de compañeros de la facultad, este despacho de arquitectos se ha especializado en el diseño de viviendas comunitarias, como es el caso del bloque La Borda, en el distrito de Sants de Barcelona, distinguido por los premios Mies van der Rohe 2022 en categoría emergente.

Cinco de los miembros de la cooperativa Lacol, entre ellos el propio Pol Massoni, viven en el ahora galardonado edificio, construido en un solar público cedido por el Ayuntamiento de Barcelona, y autogestionado por los propios vecinos, que actúan como copropietarios del conjunto del inmueble.

«Y esto es algo muy clave, porque rompe muchos esquemas, como el vicio de la propiedad individual. Es una ruptura de base que te permite pensar que todo el edificio es tu casa», afirma.

Según él, esta premisa se intenta potenciar a través de la arquitectura, con el diseño de muchos espacios comunitarios para promover el contacto social, mediante la creación de, por ejemplo, una cocina-comedor compartida, una lavandería, un patio o una sala de reuniones donde los vecinos realizan actividades grupales.

En una rueda de prensa en Bruselas, el director general de Cultura de la Comisión Europea y miembro del jurado de los premios Van der Rohe, Tamás Szucs, ha alabado el carácter «autogestionado» del bloque La Borda y ha destacado que se trata de un proyecto que, a su juicio, garantiza «un acceso decente a la vivienda no especulativa».

Para los creadores de la iniciativa, el premio, dotado con 60.000 euros y concedido por la Unión Europea (UE) y la Fundación Mies van der Rohe, supone un hito «muy ilusionante», según dijo el arquitecto Pol Massoni en la entrevista.

Sin embargo, advierte que, tras este reconocimiento, en la cooperativa Lacol no tienen pensado dar ningún salto al mercado internacional: «No es una prioridad», asegura.

Y añade: «Hemos apostado por la proximidad y no por buscar proyectos fuera. Entendemos que, para el cooperativismo, uno de sus puntos clave es el arraigo al territorio», sentencia Massoni.

Aparte de esto, la sostenibilidad también es otra de las bases de su proyecto cooperativo, y prueba de ello es que la estructura del premiado bloque La Borda está hecha a base de madera, con el objetivo, manifiesta el arquitecto, de visualizar que «otras formas de construir son posibles».

«Hubo una clara apuesta para minimizar el consumo energético, aprovechando la radiación solar, mejorando los cierres, diseñando espacios intermedios… Son todo un seguido de estrategias bioclimáticas en este sentido», apunta.

En total, el edificio cuenta con 28 viviendas en las que residen más de 60 personas, dispuestas en varios pisos alrededor de un patio central que actúa como punto neurálgico, con una estructura que emula la forma de las corralas, un edificio clásico de la arquitectura popular del centro y el sur de España.

Bruno Fortea