Una fachada artesanal y texturizada por Arthur Casas cubre este proyecto en Brasil
El formato tridimensional está hecho de concreto y fundido in-situ, es decir, el concreto es vertido en el lugar donde queda cada pieza en el resultado final. Al momento de fundir las piezas, los diseñadores tomaron en cuenta en donde irían las ventanas abatibles y la iluminación extrior para dejar el espacio necesario y así integrar todo en el mismo patrón.
El pigmento utilizado para darle el toque de color ocre al concreto fue un trabajo con múltiples intentos, y al final fue el eje principal de la paleta de color para la selección del resto de acabados y decoraciones del proyecto. Junto a este, se eligieron las tonalidades de madera, metales y recubrimientos que adornan el interior de la vivienda.
Interiores cálidos
Los interiores de la casa tienen un aire cálido y acogedor. Con tonalidades naturales de madera combinadas con acabados neutros, los interiores contagian un sentimiento de relajación y conexión con la naturaleza. Detalles de cuero, vidrio y metales son recurrentes en las piezas de mobiliario, para un diseño de interiores unificado pero resaltando
La iluminación indirecta y tenue le agrega detalles. Ilumina los cielos rasos de los interiores, algunos son forrados de la misma madera que el piso, mientras otros están hechos de concreto fundido con una textura lineal de la formaleta.
La selección del mobiliario y decoración incluye piezas de colección: de Sergio Rodrigues, Charles Eames, Lina Bo Bardi, Jean Gillon y Ricardo Fasanello. Además, cuenta con piezas del arquitecto del proyecto, como la mesa de comedor Apache, la mesa de centro de sala Antigua, pantallas de lámparas, la silla Xingu, el Ripas chaise y el centro de mesa Jacarandá.