Döppel Studio reinterpreta Cabanon de Vacances de Le Corbusier

Del Cabanon de Vacances a la hiperconectividad

En 1952, Charles-Édouard Jeanneret —más conocido como Le Corbusier— imaginó un proyecto al que se le atribuiría la inmensa carga de condesar su pensamiento arquitectónico. Era una pequeña y humilde cabaña de madera elevada sobre una plataforma de hormigón, con diminutas ventanas irregulares. Llamado Cabanon de Vacances, funcionaba como una celda doméstica, un refugio moderno cuya finalidad era el exilio del usuario, su alejamiento de la sociedad para encontrarse con la naturaleza y disfrutar de su propio tiempo. La vivienda, en este caso, es más que un marco neutro; en ella habita quien se piensa a sí mismo y este pensamiento es, a su vez, el que la habita.

El Cabanon no es tanto la construcción de una casa, sino de una habitación propia donde se despliega la plenitud del ser. Pero no nos engañemos, este no pertenece a un contexto inocente, sino que es reflejo de los conflictos de quien lo mora: el lugar de lo íntimo y de lo inhóspito. Un entorno de alienación que vela o esconde un sentimiento de desarraigo con respecto al mundo. Las cosas han cambiado drásticamente desde que Le Corbusier lo concibió. De hecho, desde mediados del siglo XX con la normalización de la radio y la TV dentro del hogar, empezó la transformación de este en pos de la producción y el control multimedia. Y más adelante, con la interconexión de los ambientes interiores, la idea de privacidad mutó. No hace mucho, las familias se reunían regularmente alrededor del televisor. Hoy, sin embargo, se enfrentan a otra realidad con la atomización de los dispositivos: la hiperconectividad permite comprender nuevas formas de domesticidad.

La casa ya no es un sitio inmutable para nuestras pertenencias o para el cuidado, sino uno transitorio, productivo y en red, que debe responder a cualquier necesidad. El Cabanon se ha tornado difuso y sus límites físicos e inmateriales ya no coinciden. Las tecnologías digitales han modificado la manera en que vivimos y han creado otros modos de pertenecer, comportarse y relacionarse con los demás.

Una reinterpretación de la obra de Le Corbusier

En este sentido, Le Champs Des Possibles —la muestra que acoge el Site Le Corbusier en Firminy— plantea cuestionar la vigencia del Cabanon en nuestro contexto contemporáneo. A partir de seis construcciones de escala reducida diseñadas por Döppel Studio, se ofrece una exposición de las nociones y los preceptos sobre la habitabilidad en la arquitectura del maestro suizo, así como su transposición a la vida actual. Todo un afán por demostrar el potencial que tiene repensar la intimidad del espacio hogareño para debatir la vigencia de los planteamientos modernos.

Para ello, la celda de 15 metros es la tabula rasa en la que se asientan los seis artefactos. Se equipa con los muebles necesarios para refugiarse, dormir y trabajar, destinando una primera zona para la distensión y el tiempo desvinculado tanto a la labor productiva como reproductiva. En segundo término, aparece una segunda área inspirada en las estructuras del balloon frame americano al lado de un tercer elemento que reinterpreta la mítica butaca LC3. Por último, alejadas de esa esfera mediática, aparecen dos gadgets: “El Manantial”, un dispositivo que recoge el agua del rocío y la niebla para convertirlos en suministro de agua corriente y, a su lado, “El Défouloir”, un reducto diseñado para el desarrollo del ejercicio físico, una herramienta que liga estrechamente el cuerpo con la naturaleza.

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