El restaurante Buenavista reconvertido en un elegante hotel boutique

El restaurante Buenavista reconvertido en un elegante hotel boutique


Antiga Casa Buenavista es el nuevo y elegante hotel de cuatro estrellas de estilo barcelonés, en el que querrás quedarte a vivir. Situado en pleno corazón de la ciudad catalana, entre el Raval y el Eixample, este hotel boutique de 43 habitaciones, todas ellas exteriores y únicas, combina la tradición modernista catalana con el diseño contemporáneo de Barcelona.

Ubicado en Ronda de Sant Antoni, 84, la historia de este edificio se remonta a 1918, año en el que la familia Molleví inauguró el restaurante familiar Buenavista que, gracias a su estratégica ubicación y proximidad con el entonces recién inaugurado Teatro Goya, se convirtió rápidamente en un popular espacio entre intelectuales, artistas o burgueses de principios de siglo, pero también entre clases populares y familias de la zona.

El pasado 19 de julio, la nueva generación de la familia Molleví abrió las puertas de este nuevo hotel, que aúna tradición y modernidad, respetando el carácter barcelonés de sus orígenes. Su misión es hacer las delicias tanto de los visitantes como de los locales en un ambiente único y acogedor que no deja indiferente a nadie.

Espíritu inclusivo y esencia local

Antiga Casa Buenavista es un hotel de gestión familiar, con un fuerte vínculo con el barrio y la ciudad. Un nuevo concepto de establecimiento turístico que se aleja de la propuesta impersonal hotelera para ser próximo con el público, respetuoso con el barrio e inclusivo con todo tipo de clientes.

“Esta es y será siempre nuestra esencia. Alejados de las grandes cadenas hoteleras, el nuestro es un negocio familiar que, históricamente ha estado vinculado al barrio y sus gentes. Cuidamos del entorno porque somos parte del mismo desde hace más de un siglo. El Buenavista es parte de la historia de este barrio. Por eso, como negocio familiar centenario, no solo nos gusta ser próximos y locales con los clientes, sino también con el barrio y los negocios que lo forman”, comenta Àlex Molleví, que junto a su hermano Guille gestionan el Hotel Antiga Casa Buenavista y su restaurante de toda la vida.

En este sentido, la familia Molleví ha querido que el edificio no solo se haya diseñado con un profundo respeto a la tradición modernista y el estilo de vida contemporáneo de Barcelona, sino que, además, el proyecto completo, se ha apoyado en colaboradores locales desde el punto de vista del diseño y la construcción, como del aprovisionamiento de las actividades diarias del hotel.

“Nuestra filosofía es ser cercanos e inclusivos. Este principio está en nuestra cultura y en todo lo que hacemos. Contamos con proveedores y productos locales de calidad. Apostamos por la proximidad, colaborando con los establecimientos cercanos de toda la vida dándonos la mano. Cuando un cliente llega a Antigua Casa Buenavista, puede percibir la esencia y el espíritu local en todo el establecimiento, desde el diseño y la ambientación, hasta los productos que servimos o el trato cercano de nuestro equipo. Nos dirigimos a un turismo de calidad que valora los aspectos de proximidad y adaptación al entorno”, comenta Guille Molleví.

El edificio

El edificio está ubicado en el número 84 de la Ronda de Sant Antoni de Barcelona y se estima que fue construido entre los años 1897 y 1898. El edificio se alza sobre una zona de interesante valor histórico y arqueológico. Su rehabilitación integral sacó a la luz, en octubre de 2018, estructuras constructivas del antiguo Convento de Valldonzella del Raval (1674-1909), regentado por religiosas y que se instaló sobre el espacio que ocupaba el antiguo Priorato de Santa María de Nazaret. Durante el siglo XIX, el Convento de Valldonzella fue abandonado y reocupado varias veces hasta su cierre, en 1909. De este convento solo se preserva el portal de entrada al recinto, en la actual calle de la Verge, entre la de Valldonzella y el pasaje Sant Bernat, en el Raval.

Proyecto desarrollado por TDB Arquitectura

El proyecto para la transformación del espacio del Hotel Antiga Casa Buenavista fue desarrollado por el estudio de arquitectura TDB Arquitectura, formado por el equipo de Juan Trias de Bes, de la mano de Fernando Herrero y Marta Pascual para el proyecto de arquitectura, Jordi Flores para el proyecto de interiorismo del hotel y Ricardo Villoria de Otécnica Arquitectónica como Project Manager y Director Técnico de la obra.

El edificio ha sido diseñado con el máximo respeto a la arquitectura del Eixample de Cerdà, pero sobre todo a la tradición familiar. En palabras del propio arquitecto, el hotel Antiga Casa Buenavista “es el resultado de un proyecto vital de la familia Molleví a lo largo de casi 10 años de trabajo, que lo hacen específico y posiblemente único en su género”. Según Trias de Bes, en este proyecto de renovación “se ha querido mantener la esencia original del antiguo establecimiento, el cual fue regentado por los antepasados de sus actuales propietarios en este mismo edificio, para luego reconvertirlo en un auténtico hogar barcelonés a través de la mirada renovada de sus descendientes. Así, desde la planta baja hasta la azotea, el hotel ofrece la experiencia de los edificios barceloneses de antaño, esta vez, actualizado” profundiza el socio director de TDB Arquitectura, quien además añade que “Antiga Casa Buenavista es un homenaje a la tradición familiar, al modernismo catalán y a la ciudad de Barcelona” ya que, según el reconocido arquitecto, todos los elementos arquitectónicos y espaciales que encontrará el visitante muestran el detallismo de sus propietarios y “cada rincón, cada mueble, cada espacio, ha sido el fruto de un cuidadoso trabajo”.

Como resultado de este trabajo en equipo, el edificio cuenta con un profundo carácter barcelonés que no pasa desapercibido a sus visitantes: suelos hidráulicos, fachada modernista original de finales de S. XIX, molduras restauradas, esgrafiados en las paredes y techos con bóveda catalana despertarán el interés de los amantes de la buena arquitectura y del diseño contemporáneo respetuoso con la tradición.

El edificio se distribuye en 9 plantas, 5 de las cuales están destinadas a las habitaciones. En la planta baja el espacio ha sido destinado a la recepción de visitantes. En ella se puede contemplar los elementos arquitectónicos clásicos de los edificios del “Eixample Barcelonés”: techos altos, bóveda catalana de cerámica, pilares de fundición y un patio de luces con vegetación natural que aporta una tonalidad fresca al espacio. Como novedad, el edificio cuenta con la original presencia de un Altillo en su planta baja. Este elemento arquitectónico es distintivo de los edificios modernistas de principios de siglo XX y su especial ambientación busca reproducir las diferentes estancias de un antiguo piso de Barcelona. En las zonas más concurridas, como el restaurante, se ha procurado crear una atmósfera inspirada en el imaginario de aquellos espacios de restauración ilustrados por la pintura y el cartelismo modernista catalán.

Para esta zona específica de la casa, TDB Arquitectura ha contado con la colaboración de la interiorista Concepción Padilla quien se ha encargado del proyecto de interiorismo, diseño de mobiliario e iluminación decorativa del restaurante.

En las plantas superiores, ya destinadas a las habitaciones, predominan las estancias divididas de acuerdo con la composición de las fachadas originales. La presencia de techos tradicionales, adornados con moldes modernistas, marcan un estrecho contacto con las vistas hacia la vía pública. Las ventanas de las habitaciones retoman la tradición del balcón, con persiana mediterránea y barandillas con flores y plantas, propias del clima barcelonés. En el interior de los dormitorios, pequeños elementos ornamentales como vitrales de colores y pavimentos con referencias a los mosaicos hidráulicos de antaño, establecen una delicada separación entre las zonas de descanso y los baños. Las habitaciones están divididas en seis categorías: Raval, Galería Raval, Galería Ronda, Ronda, Goya y Superior Buenavista y todas cuentan con amplios ventanales, acceso a balcón o terraza privada.

Una oda al diseño contemporáneo

Para el proyecto de iluminación y mobiliario, TDB arquitectura ha contado con la colaboración de la casa MINIM, que se ha encargado del asesoramiento y suministro de piezas decorativas. El estudio catalán ha apostado por el diseño contemporáneo de calidad, con una selección de firmas de mobiliario e iluminación que son un referente a nivel mundial y que destacan por su calidad estética y formal. Marcas como las catalanas Santa & Cole, Mobles 114, Tunds, BD Barcelona o Nanimarquina, así como las internacionales Cassina, House of Finn Juhl, Vitra, Thonet o Knoll, están presentes en las distintas estancias del hotel con piezas firmadas por grandes nombres del diseño mundial. Entre las piezas seleccionadas descubrimos maestros del diseño catalán como José Antonio Coderch, Miguel Milá, Oscar Tusquets, André Ricard o Nani Marquina, junto a grandes figuras internacionales como Finn Juhl, Mies Van Der Rohe, Charlotte Perriand, Achille Castiglioni o Michael Thonet.

La propuesta TDB y MINIM logra una combinación equilibrada y armoniosa de iconos del diseño contemporáneo, editados por marcas catalanas y europeas de reconocimiento mundial. La mezcla perfecta de estas piezas logra crear espacios sofisticados y acogedores pensados para que, quien los disfrute, se sienta “como en casa”.

Casa de comidas Buenavista

Concepto que es todo un statement, en el restaurante de este maravilloso hotel se sirve Comida, con mayúscula. Respetando una vez más el pasado, el restaurante mantiene la esencia original de la popular Casa de Comidas que fue en sus inicios para ofrecer, un siglo después, una cocina fresca de mercado con un marcado carácter local y donde no faltan los desayunos gourmet para los clientes del hotel basados en productos de proximidad de primera calidad, o las tapas clásicas, los platos tradicionales de cuchara y tenedor, el producto a la brasa, así como los deliciosos postres caseros de toda la vida con un toque innovador.

Garantía de todo ello es la supervisión del chef leridano Marc Roca, dueño del restaurante Blau en Barcelona, para ofrecer una carta basada en la cocina de temporada y que combina platos tradicionales de toda la vida con un toque de modernidad.





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