Descubre las casas más pequeñas del mundo
Las casas más pequeñas del mundo abren las puertas a la posibilidad de un estilo de vida más barato, más fácil de mantener y menos pesado para el medio ambiente. Gracias a que ahorran espacio se están convirtiendo, cada vez más, en la primera opción para personas de todo el mundo. Es una tendencia en evolución que tiene sus raíces en décadas anteriores. De hecho, desde hace varios años, los arquitectos y diseñadores se esfuerzan por crear espacios más pequeños. Basta pensar en Le Cabanon de Le Corbusier, una cabaña de 15 metros cuadrados que el arquitecto francés construyó en 1951 en Roquebrune-Cap-Martin como regalo para su esposa. O la Casa Larga de Papel que Shigeru Ban —el arquitecto japonés que ganó el Premio Pritzker en 2014— hizo construir para las víctimas del terremoto de Kobe: 16 metros cuadrados. Y luego están los rascacielos y condominios en Londres, Nueva York, Shangai, Tokio, Hong Kong y São Paulo que han empezado a ofrecer departamentos cada vez más pequeñas. La verdad es que, como se dice en el libro Pretty Small. Grand Living with Limited Space (Gestalten, 256 págs, 40 dólares) el diseño de departamentos de tamaño reducido es más un ejercicio de valorización de la nueva forma de vida que un trabajo de reducción de espacio.
En estas microarquitecturas no solo subyacen soluciones de ahorro de espacio, sino también y sobre todo razones éticas, económicas, medioambientales y prácticas. Se trata de elecciones y prioridades. Por ejemplo, en la ciudad son cada vez son los jóvenes quienes deciden vivir por su cuenta y que, en lugar de un gran departamento desconectado de todas las comodidades, prefieren un pequeño espacio en el centro de la ciudad y, por qué no, quizá incluso cerca de su lugar de trabajo. Y luego están los costos, las facturas disparadas, la electricidad y el gas que hay que mantener. En resumen, rentar o comprar un microdepartamento en el centro de la ciudad ofrece un fácil acceso a todas las ventajas de la vida urbana. Desde una renta más baja y la proximidad a la oficina hasta lo mejor en comida, cultura y entretenimiento. Menos espacio significa más flexibilidad en términos de diseño interior y más espacio para cultivar una visión muy personal de la vida. Por ejemplo, en el corazón de Madrid, los arquitectos del estudio Husos renovaron 46 metros cuadrados para un joven médico que vive solo, pensando sobre todo en sus necesidades de socialización.