Tekla se inspira en Le Corbusier para la colección de mantas más bonita del otoño
Lo primero que viene a la mente al pensar en Le Corbusier es la claridad de sus líneas. El reputado arquitecto suizo es el máximo exponente del Brutalismo arquitectónico, movimiento al que dio el el pistoletazo de salida con Cité Radieuse, su proyecto de viviendas de hormigón en Marsella. Otros hitos son su meticulosa reforma de la planificación urbana de Chandigarh, la primera ciudad construida en la India, y la propulsión de una arquitectura abierta y luminosa con sus diseños modernistas para viviendas privadas en París, entre otras ciudades.
Tampoco hay que olvidar su uso del color. «Se suele hablar más de los espacios que diseñó y de su consideración de la casa como ‘una máquina en la que vivir’, reflexiona Charlie Hedin, fundador de Tekla, marca textil con sede en Copenhague. Cuanto más sencillo es el espacio, más se llena de amor, emociones, prendas, textiles, cenas… De vida. Y su libro de colores tiene un importante papel en ello».
El próximo 18 de octubre Hedin desvelará las claves de la edición limitada de mantas de mohair inspirada en la Policromía Arquitectónica, el sistema arquitectónico del color de Le Corbusier que da nombre al ensayo que publicó en 1930 y se compone de 63 tonos. Para esta colección, el empresario trabajó codo con codo con Les Couleurs Suisse AG, la empresa a la que la Fundación Le Corbusier encargó en su día materializar en textil dichos colores. Según el empresario, el carácter de los tres tonos que ha elegido (el verde menta 32024 Outremer Gris, el azul marino 4320K Bleu Outremer 59 y el rosa chicle 4320C Rose Vif) está en plena sintonía con la vida contemporánea. Las mantas han sido tejidas a mano en España y se lanzarán en una edición numerada.
«Todo se basa en detalles que hemos encontrado en los archivos», nos cuenta Hedin por teléfono desde París, donde presentará la colección en el apartamento-estudio de Le Corbusier, situado en las dos últimas plantas del edificio Molitor, diseñado junto con su primo Pierre Jeanneret en los años 30 y situado en el suroeste de la ciudad. “Es lo que creemos que Le Corbusier habría elegido. Queríamos saber cómo utilizaba no solo los colores, sino también los textiles en sus distintas casas: su apartamento y estudio en París, la Villa Le Lac en Suiza y el Cabanon, la cabaña del sur de Francia en la que veraneaba. El mayor reto fue “respetar la historia, porque en cierto modo es un diálogo unidireccional. Nuestra intención era tratar de pensar como él”.
No es la primera vez que Hedin se inspira en la arquitectura. Tekla, que en los últimos años ha completado su oferta de ropa de cama, toallas y mantas con ropa para dormir y mantelería, colaboró varias temporadas con el arquitecto británico John Pawson. De hecho, el empresario sueco, de 40 años, ha revelado que si no se hubiera dedicado a la moda (trabajó en Acne Studios durante siete años) y luego al desarrollo de textiles habría estudiado arquitectura: “Me encanta el diseño del espacio y estar en habitaciones con unas proporciones muy estudiadas”, afirma.
Por otro lado, Tekla tampoco es la primera empresa de moda y diseño que invoca el legado de Le Corbusier. Karl Lagerfeld hizo suyo el famoso lema «Le Corbusier va a Versalles» en su colección de alta costura del otoño/invierno de 2014 de Chanel, y Rei Kawakubo, artífice de Comme des Garçons, ha declarado en varias ocasiones que admira «la simplicidad y amplitud espacial» de la filosofía de Le Corbusier. En 1983, la diseñadora belga Ann Demeulemeester compró la única casa del arquitecto que se conserva en su país, la Maison Guiette de Amberes. La obra del arquitecto también ha tenido un perenne impacto en Bruno Sialelli, de Lanvin, que creció en la citada Cité Radieuse de Marsella: «De niño, en los 90, me encantaba montar en monopatín rodeado de la bizarra arquitectura brutalista de mediados de siglo. Era como de otro mundo», declaró al New York Times en 2020.