Florida a las puertas de convertirse en estado republicano

Florida a las puertas de convertirse en estado republicano


De hecho, ni en The Villages, una comunidad demócratas de jubilados al norte del corredor de la Interestatal 4, le dieron a Demings el respaldo que esperaba. En ese lugar, algunos demócratas entrevistados dicen que se sienten cada vez más aislados.

“Hay muy pocos demócratas ya por aquí”, dijo Sue Sullivan, de 77 años.

La negación de algunos demócratas

En una entrevista, Demings, la contrincante del senador republicano Marco Rubio, quien se encamina a otra sólida victoria en el Senado federal, admitió que el mensaje de mitad de período de su partido de izquierda no ha resonado como ella esperaba.

“Tenemos que hacer un mejor trabajo al contar nuestras historias y demostrar claramente quién está realmente del lado de las personas que tienen que ir a trabajar todos los días”, dijo.

Al parecer Demings es uno de los tantos demócratas ajenos a la situación real que atraviesa EEUU y causada por el gobierno de Joe Biden, donde existe una histórica inflación (la peor en cinco décadas 9,1% y 8,2% actual), escasez, divisiones políticas más agudas, economía en recesión con dos trimestres en rojo y un tercero en camino; un sector inmobiliario también en recesión y ventas en picada por 8 meses consecutivos; freno al consumo por las altas tasas de interés, una frontera en permanente caos desde el primer día de la administración de Joe Biden, entre otras múltiples crisis generadas por su Partido Demócrata.

Millones de votantes en Florida enfrentan, como el resto de la nación, una altísimo costo de vida desde que Biden asumió el poder y una escalada de precios sin precedentes a causa de la guerra de los demócratas y la extrema izquierda contra la industria estadounidense del petróleo bajo la política de la tesis de cambio climático y energía renovables.

La provocada invasión de Rusia en Ucrania aceleró la grave situación generada por el actual gobierno y ahora pretenden costerla con una desembolso ya que supera los 70.000 millones de dólares en supuesta ayuda miliar y financiera, sin ninguna supervisión.

Las fallidas políticas de Joe Biden y los errores de la administración Obama contra los exitosos resultados del presidente republicano Donald Trump han culminado una década de incursiones demócratas erradas.

La demostración fehaciente fue Trump y ahora el gobernador de Florida, Ron DeSantis. Ambos defienden los valores conservadores sobre los que se fundó la nación estadounidense y han revelado las verdaderas intenciones de los nuevos demócratas; una especie de coalición con los llamados progresistas (socialistas), cuya agenda es totalmente destructiva para el país. Esa postura ha puesto de rodillas a los demócratas más moderados que se quedaron prácticamente aislados y sin representación real en el Congreso en Washington.

Trump y DeSantis, motores del voto republicano

Votantes rurales e hispanos independientes o demócratas se definen ahora como republicanos y conservadores. La victoria de Donald Trump en el 2016 y luego en el 2020 marcó la evolución después de que el estado respaldara dos veces a Barack Obama.

Aunque Trump, supuestamente, perdió la Casa Blanca en 2020, se impuso en Florida por más de 3 puntos porcentuales, un margen notable en un estado donde las elecciones se deciden regularmente por menos de un punto porcentual.

DeSantis venció al demócrata Andrew Gillum hace cuatro años por 32.436 votos de más de 8,2 millones emitidos, un margen tan estrecho que requirió un recuento.

Pero en los cuatro años transcurridos desde entonces, los republicanos han borrado una ventaja en el registro de votantes que los demócratas de Florida habían protegido durante décadas.

Cuando se cerró el registro para las elecciones de 2018, los demócratas disfrutaron de una ventaja de 263.269 votos. Al 30 de septiembre, los republicanos tenían una ventaja de 292 533 votantes, una oscilación de casi 556 000 votantes registrados durante el primer mandato de DeSantis.

“Ya no somos un estado cambiante. De hecho, estamos aniquilando a los demócratas”, dijo el presidente del Partido Republicano de Florida, Joe Gruters, uno de los principales aliados de DeSantis.

Y aunque dice que su Partido se ha centrado en los temas tradicionales como el alto costo de vida, la inflación y el caos en la frontera sur, Gruters se inclinó por las luchas culturales, especialmente la oposición del Partido Republicano de Florida a la educación sexual y los problemas LGBTQ en las escuelas primarias, que han definido el mandato de DeSantis.

“No quiero que nadie más les enseñe a mis hijos sobre los problemas de género, en vez de aprender física, matemáticas, idioma, ciencias naturales, geografía e historia”, dijo Gruters. «A eso enviamos a nuestros hijos a las escuelas y no a que los adoctrinen con ideologías y los confundan, al mejor estilo de las dictaduras en el mundo», agregó.

Gestión de Biden aniquila respaldo demócrata

Biden visitará el estado el 1ro de noviembre, una semana antes del día de las elecciones para reunirse con los demócratas.

Por su parte Charlie Crist, el candidato demócrata a gobernador, dijo que asistiría a una recaudación de fondos privada con Biden el día del mitin, pero no estaba seguro de si aparecerían juntos en público.

El Partido Republicano en Florida se muestra optimista de que puede seguir logrando victorias, incluso en bastiones demócratas históricamente. Algunos republicanos consideran incluso que podrían llevarse el condado de Miami-Dade, una perspectiva que alguna vez fue impensable y que prácticamente eliminaría el camino de los demócratas hacia la victoria en las contiendas estatales, incluidas las elecciones presidenciales.

En el condado Lee del suroeste de Florida, un bastión republicano importante, ni siquiera un huracán devastador parece haber hecho mella en el impulso del Partido Republicano. De hecho, republicanos y demócratas coinciden en privado en que el huracán Ian, que dejó más de 100 muertos, a reforzado aún más la imagen del gobernador republicano Ron DeSantis con un plan de rescate, apoyo y reconstrucción como nunca antes vio el estado con otros líderes.

DeSantis aventaja a Cris por siete puntos entre los hispanos en las últimas encuestas y analistas consideran que el margen entre la población general es mucho mayor que ese. El lunes, participará en un debate contra Crist en el que probablemente destacará su mayordomía del estado durante una crisis abrasadora.

Según una encuesta de Telemundo/LX (de tentencia liberal) a potenciales electores latinos, el 51% votaría este lunes 24 de octubre por el gobernador DeSantis, mientras que un 44% lo haría por Crist.

El 56% respalda la gestión de DeSantis al frente de la economía del estado, que también se ha caracterizado por un enfrentamiento directo y abierto contra los graves errores de la Casa Blanca, entre ellos la imposición de las vacunas, el papel de los padres en la educación de sus hijos y no del estado ni del sistema escolar; los absurdos confinamientos, la guerra contra los combustibles fósiles, la defensa del derecho constitucional de los estadounidenses a portar armas, el derecho de los ciudadanos de cada estado a decidir sobre el aborto, entre otros.

Además de los anteriores temas, DeSantis ha sido -junto a los gobernadores de Texas y Arizona- el mayor defensor de una política migratoria ordenada y de respeto a las leyes de la nación, contrario a la de puertas abiertas, desorden, ilegalidad, corrupción y crímenes promovida por los demócratas y la extrema izquierda.

Florida, el gran obstáculo para la Casa Blanca

El gobernador, con un trabajo impecable en la economía, educación, seguridad nacional, y política en general, asumió desde el principio el asunto de inmigración con la seriedad que requería y como un tema de seguridad nacional, además de los cuantiosos gastos del dinero de los contribuyentes.

Expertos consideran que las últimas encuestas muestran datos moderados respecto a las claras señales del descontento de los floridanos y en general de la gran mayoría de los estadounidenses en todo el país con las políticas de Joe Biden y su agenda de extrema izquierda.

El gobernador DeSantis, un republicano de 44 años con historial envidiable de servicio a la nación, tampoco ha desantendido temas sociales delicados. Firmó nuevas leyes que prohíben los abortos después de las 15 semanas de embarazo, bloqueó la mal llamada teoría crítica de la raza y los problemas LGBTQ de la enseñanza de las escuelas de Florida, además de liderar los esfuerzos para eliminar el estatus fiscal especial de Disney por sus controversiales acciones contra los derechos de la familia tradicional y contra la salud mental de los niños.

En respuesta al caos humanitario en la frontera sur, Florida ha enviado a cientos de inmigrantes a estados gobernados por los demócratas, que no muestran ninguna intención de reprobar a Biden y su gobierno por incentivar el desorden y el caos dentro del país.

La isla de grandes mansiones de multimillonarios demócratas, Martha’s Vineyard, recibió en semanas recientes el envío de decenas de inmigrantes enviados por DeSantis y Greg Abbott, el gobernador de Texas, para llamar la atención sobre la masiva inmigración ilegal en la frontera entre Estados Unidos y México.

DeSantis podría convertirse en el primer floridano en ganar una carrera para gobernador por más de 1 punto desde 2006. Ese tipo de actuación también impulsa aún más a Rubio en las elecciones al Senado de EEUU. En la Cámara Baja, el Partido Republicano puede arrebatar hasta 20 de los 28 escaños en disputa en la Cámara de Representantes en Washington.

Si DeSantis gana a lo grande como se espera, sus aliados creen que tendría el capital político para lanzar una campaña presidencial exitosa en 2024 junto al expresidente Donald Trump. En caso de que Trump no se presentara, DeSantis sería un indiscutible candidato republicano para llegar a la Casa Blanca. Méritos, trabajo y resultados le sobran por encima de cualquier oponente demócrata en estos momentos.

“Es impactante”, dijo el presidente del Partido Demócrata estatal, Manny Díaz, sobre la reiterada voluntad de DeSantis de impulsar las ideas conservadoras. A la extrema izquierda le aterra porque saben que es un rival indiscutible y con un respaldo abrumador.

Los estrategas de ambos partidos creen que el cambio político de Florida se debe a múltiples factores, pero existe un cierto consenso general de que los republicanos se beneficiaron de la afluencia de nuevos votantes desde que DeSantis emergió como líder de la resistencia republicana a las imposiciones y regulaciones de Biden relacionadas con la pandemia.

Todos los días como promedio, durante el 2020 y 2021, unas 667 personas se mudaron al estado, según estimaciones del censo de EEUU.

En realidad, el mayor beneficio recibido por el Partido Republicano ha sido la fatídica gestión de Biden y los demócratas en el país, la principal causa de esta emigración dentro de EEUU, la gran mayoría hartos y asfixiados por las reformas contra las pequeñas, medianas y grandes empresas con descomunales impuestos, la extrema violencia y el vandalismo tras la reducción de fondos de agencias federales, estatales y locales, la enseñanza de sexualidad en las escuelas primarias y secundarias, entre otros asuntos, que obligaron a cientos de miles de residentes en California, Illinois, Nueva York, Oregon, Masachussetts, Nueva Yersey, Washington y otros a abandonar sus lugares de origen, sus propiedades y negocios.

Parte del cambio republicano también puede atribuirse a las personas que viven en áreas rurales del norte de Florida, que cambiaron su registro para reflejar sus patrones de votación. Muchas personas se registraron como demócratas porque las generaciones anteriores lo hicieron, pero votaron sólidamente por los republicanos.

Pero eso por sí solo no explica el desafío de los demócratas este otoño.

Miami-Dade podría también teñirse de rojo

Los demócratas están particularmente preocupados por la tendencia en el condado Miami-Dade, hogar de 1,5 millones de hispanos en edad de votar y un bastión demócrata durante los últimos 20 años y donde el Partido Republicano logró avances significativos en las últimas elecciones presidenciales. En dos semanas, esta zona también podría dibujarse de rojo.

“Hemos visto a miles hispanos acudir en masa al Partido Republicano aquí en el condado de Miami-Dade”, dijo la vicegobernadora de Florida, Jeanette Núñez, en un evento con otros líderes del partido la semana pasada. “Voy a hacer una predicción ahora mismo: vamos a ganar el condado Miami-Dade el 8 de noviembre”.

Mientras tanto, en el suroeste de Florida, miles de votantes republicanos literalmente están recogiendo pedazos de sus casas y vehículos destrozados tras el paso del huracán Ian, que dejó más de 100 muertos y daños por valor de decenas de miles de millones de dólares.

Barcos destrozados y enormes trozos de muelles de concreto aún cubren la costa de Fort Myers, la sede del condado de Lee, uno de los condados más republicanos del país. Miles de viviendas fueron destruidas y varias escuelas permanecen cerradas casi un mes después de que el huracán de categoría 4 tocara tierra.

Aún así, Matt Caldwell, el tasador de propiedades del condado y miembro del Partido Republicano del estado, confiaba en las perspectivas políticas de su partido.

“La mayoría de las personas, el 90% de quienes viven en el condado han vuelto más o menos a una vida casi normal, mientras se recuperan del desastre”, dijo mientras recorría un puerto deportivo de Fort Myers cubierto de metal retorcido y yates arrugados.

Caldwell elogió al gobernador republicano por su presencia regular durante los esfuerzos de limpieza, sugiriendo que los votantes de todo el espectro político lo recompensarán el día de las elecciones.

El mismo DeSantis se mostró optimista cuando entregó una actualización de la tormenta no muy lejos en Punta Gorda durante el fin de semana. El gobernador hizo referencia a las próximas elecciones, pero centró sus comentarios en los esfuerzos de socorro.

“Hemos tenido éxito con los puentes y otras cosas en parte porque tenemos a la comunidad reunida”, dijo DeSantis. “Casi todos estamos remando en la misma dirección. Y eso hace una gran diferencia”.

lmorales@diariolasamericas.com





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