Este pequeño estudio y el uso de sus colores y 19 m2 son perfectos
En la segunda planta de un edificio del siglo XVII, es una sala a la que se accede por una estrecha escalera. Thomas Housinger comprendió enseguida que la escalera debía integrarse en el proyecto, servir de esclusa entre el exterior y la vivienda, así que decidió pintarla de un azul intenso, un azul Klein que unifica sin abrumar, al contrario, ya que evoca el mar y el cielo de la región de Niza de la que proceden el propietario, su arquitecto… e Yves Klein.
Thomas Housinger imaginó entonces, como pivote central, un bloque que reúne un gran armario y la zona de baño, alrededor del cual se despliegan, en el orden de entrada, la cocina, el comedor y el dormitorio con su cama real, casi una segunda habitación, ya que puede cerrarse con una gruesa cortina de lana que la aísla en forma de alcoba (y que también separa la regadera y el lavabo). El cuarto de baño y el área de lavado (una lavadora y estanterías de almacenamiento) están instalados cerca de la escalera, tras una puerta que los hace desaparecer por completo.