Demoler o rehabilitar, esa es la cuestión en el pabellón Mies van der Rohe
El pabellón Mies van der Rohe acoge del 26 de noviembre al 16 de diciembre la intervención Never Demolish, una instalación doméstica que recuerda el proyecto de Lacaton & Vassal ganador del EU Mies Award 2019.
El pabellón Mies van der Rohe acoge del 26 de noviembre al 16 de diciembre la instalación Never Demolish, de los comisarios Ilka y Andreas Ruby (Ruby Press), creada a partir del proyecto de transformación de 530 viviendas en el Grand Parc Bordeaux, obra de los arquitectos Lacaton & Vassal, Frédéric Druot Architecture y Christophe Hutin Architecture. El proyecto ganó el Premio de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea – Premio Mies van der Rohe en 2019.
A través de esta intervención, el Pabellón Mies van der Rohe se transforma en un espacio doméstico inspirado en la obra ganadora de la última edición del Premio. Una transformación que profundiza en el debate sobre la vivienda y cómo el proyecto de Burdeos se convierte en un modelo para la rehabilitación social y física de los bloques de vivienda del movimiento moderno y sus entornos. Una intervención dirigida y que afecta por igual a los habitantes, arquitectos, urbanistas, promotores, conservadores del patrimonio y políticos.
En las décadas de 1960 y 1970 se construyeron bloques de viviendas a gran escala en todo el mundo como solución para cubrir la necesidad de vivienda asequible. Cinco décadas después, se consideran en gran medida ideológicamente desfasados, fracasados urbanísticamente y con licencia para su derribo. La intervención Never Demolish de los curadores Ilka y Andreas Ruby defiende sin embargo que estos edificios pueden y deben tener una segunda vida mejor que la primera mediante su transformación, ampliando y mejorando la calidad de vida de los habitantes.
Decisiones como la de no derribar los tres bloques de vivienda de Burdeos, aprovechar sus cualidades y transformarlos para mejorar ciertos aspectos, mediante acciones que no confían únicamente en la tecnología sino también en criterios comprensibles y claros, se alinean con el objetivo de transformar la Unión Europea en el primer continente climáticamente neutro en 2050, de acuerdo con el Pacto Verde Europeo.