ganadores que terminaron en la ruina

ganadores que terminaron en la ruina


Ganar la lotería es el sueño de muchos, y esa ilusión por ser los afortunados en un premio aumenta especialmente en esta época, con el sorteo de Navidad a la vuelta de la esquina. Pero más allá de la euforia inicial que se ve en ocasiones en televisión, con celebraciones llenas de cava o champán, ese sueño puede tornarse muy rápidamente en pesadilla, tal y como les ocurrió a algunos ganadores de premios millonarios.

De hecho, la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) señala que el 70% de los ganadores de una lotería se gasta todo el premio en solo cinco años. Esa ‘maldición’ de los ganadores de lotería tiene una explicación sencilla. Tal y como apunta Mireia Cabero, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, «cuando una persona recibe tanto dinero de golpe se desequilibra, porque se produce un impacto emocional muy elevado que deriva en emociones de alta intensidad de satisfacción y euforia que hacen que se sienta muy poderosa y capaz de afrontar lo que sea, y esto puede llevarla a tomar decisiones ilógicas e irracionales con respecto a negocios o compras muy caras».

A ese impacto psicológico hay que añadir el «desconocimiento financiero» y la «mala gestión del dinero», indica Elisabet Ruiz, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC. Por este motivo, lo más recomendable si una persona resulta ganadora de un premio como el Gordo de la Lotería o el Euromillones sería contactar con un asesor financiero para que nos oriente mejor a la hora de invertir el dinero basándose en nuestras necesidades, ser prudente y no fiarse de los bancos o de los conocimientos financieros de la familia, indican los expertos de la UOC.

Estos son los casos de algunos ganadores de lotería a los que llevarse un premio no les ha traído más que problemas:

Callie Rogers

La británica Callie Rogers se convirtió, con solo 16 años, en una de las ganadoras más jóvenes de la lotería al embolsarse en 2003 1,9 millones de libras (2,19 millones de euros al cambio). Según informa The Guardian, Rogers invirtió parte del premio en comprarse casas nuevas para ella y su madre, pero malgastó el resto en fiestas, cirugía plástica y drogas. En 2021 se supo que Rogers trata de salir adelante con cuatro hijos a cargo y viviendo de una ayuda económica denominada Universal Credit, destinada a personas en paro o con ingresos muy bajos, recoge The Sun.

Michael Carroll

Michael Carroll, de 39 años, trabajaba de basurero en Norfolk (Inglaterra) y tenía solo 19 cuando ganó, en 2002, un premio de 9,7 millones de libras (11,16 millones de euros, al cambio) tras comprar un único boleto de una libra. Sin embargo, Carroll despilfarró su fortuna en alcohol, drogas, prostíbulos, coches de carreras y vacaciones, y en 2013 ya se encontraba en bancarrota y cobrando un subsidio mientras buscaba de nuevo empleo, informa Daily Mail. Después de trabajar en una fábrica de galletas y un matadero, Carroll se mudó en 2019 a Escocia para convertirse en repartidor de carbón.

William Post

Para William ‘Bud’ Post, ganar 16,2 millones de dólares (15,65 millones de euros) no le trajo más que deudas, desesperación y angustia, tal y como él mismo reconoció públicamente. Según explica el diario The Washington Post, su hermano trató de contratar a un asesino a sueldo para matarlo a él y a su sexta esposa, y una antigua novia y casera lo demandó por una parte de las ganancias de la lotería, ya que aseguraba que habían acordado dividir el premio, lo que él negó categóricamente. 

«Todo el mundo sueña con ganar dinero, pero nadie se da cuenta de las pesadillas que surgen de la nada o los problemas que ello trae», declaró en 1993, cinco años después de ganar la lotería de Pensilvania. Post murió con 66 años en 2006 y en la ruina.

Lee Ryan

Lee Ryan ganó 6,5 millones de libras esterlinas (7,48 millones de euros) en 1995, pero al igual que muchos nuevos millonarios, malgastó su fortuna en coches de lujo, un helicóptero y una mansión de dos millones de libras. Tras invertir en empresas fallidas, Ryan terminó durmiendo varios años a la intemperie en Londres. «El dinero fue una maldición«, declaró en The Sun. El año pasado trabajaba como cámara y alquilando propiedades en el sur de Londres, donde daba cobijo a personas sin hogar, informa The Mirror.

Gerald Muswagon

El caso de Gerald Muswagon ha sido uno de los más trágicos. En 1998, Muswagon ganó 10 millones de dólares en la lotería canadiense Super 7, que invirtió en varios coches para él y sus amigos, una casa que convirtió en un «lugar de fiesta» nocturno, donde abundaban las drogas y el alcohol. Parte de sus ganancias también se destinaron a una negocio propio de cortar madera, pero que terminó fracasando.

Sus problemas financieros vinieron también acompañados de problemas con la justicia. Muswagon fue condenado, entre otros delitos, por conducción temeraria, agresión sexual, robo o asalto. «No tenía a las personas adecuadas a su alrededor en ese momento, personas que podrían haberlo guiado», ha recordado su primo en The Globe and Mail. En 2005, siete años después de haberse convertido en millonario, Gerald Muswagon se ahorcó en el garaje de sus padres.

Marva Wilson

A diferencia de otros casos, Marva Wilson, de 65 años, no malgastó los 2 millones de dólares que se embolsó en 2008 en la lotería de Missouri en mansiones o coches de lujo. Sin embargo, tampoco tuvo suerte al ganar la lotería, ya que fue víctima de una estafa cometida por una mujer a quien consideraba su amiga, y terminó en la ruina.

En un primer momento, y contando con ayuda de un asesor financiero, utilizó el premio para comprar dos casas y estableció una forma de paga anual de unos 30.000 euros para el resto de su vida. Dos años después de ganar el sorteo, Wilson conoció a Freya Pearson, una mujer desempleada cuyos únicos ingresos venían de una pensión de la Seguridad Social. Ambas se hicieron amigas y Pearson comenzó a darle «consejos financieros» para que retirara sus ganancias de su cuenta y las invirtiera en la organización sin ánimo de lucro ‘Recidivism at Work’, que Pearson usó para «apostar, viajar, comprar coches, ropa, muebles o pagar el alquiler», según constaba en la acusación presentada contra Pearson y que recogen medios estadounidenses

Ibi Roncaioli

Ibi Roncaioli ganó 10 millones de dólares junto a un amigo en la lotería canadiense, una fortuna que ambos se repartieron a partes iguales. De los 5 millones que le quedaban, la mujer dio dos millones a un hijo secreto suyo y 800.000 euros fueron para otro hijo que tuvo con su marido, el ginecólogo Joseph Roncaioli, y otra cantidad similar fue a parar a un tercer hijo de un padre diferente. 

La mujer fue hallada muerta en 2003 y años después, en 2008, su marido de 72 años fue declarado culpable de homicidio involuntario al inyectarle in cóctel de analgésicos después de acusarla de despilfarrar el dinero de su jubilación, según The Sun.



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