Educación cambia la tónica de los últimos años y crea más unidades de las que suprime en Málaga
Menos es más. La cita atribuida al arquitecto Mies Van der Rohe lleva años siendo santo y seña de las demandas por la mejora de la calidad educativa en Andalucía. Padres, docentes y estudiantes han pedido hasta la saciedad una bajada de ratio, el número de alumnos por clase, para poder atender a la diversidad y ofrecer una enseñanza lo más personalizada posible. Ahora que baja la tasa de escolarización por la caída de la natalidad podría ser el momento. Sin embargo, los sindicatos critican que la supresión de unidades en la escuela pública es «una sangría constante» que no permite cambios reales en los centros educativos.
Tampoco en los de la provincia de Málaga, a pesar de que este curso se ha revertido la tendencia de los últimos años y se han creado por primera vez más aulas de las que se han cerrado. Según recoge el BOJA del pasado 10 de noviembre, en los colegios e institutos malagueños se han suprimido 128 unidades, 57 de ellas de segundo ciclo de Educación Infantil. A su vez, se han creado 165. De ellas 45 son de Infantil y 78 de Primaria.
Si bien en las poblaciones costeras se aprecia una mayor creación de unidades y recursos en los centros, en Málaga capital sucede lo contrario. Se suprimen 47 unidades y solo se crean 26, por lo que este curso escolar hay 21 aulas menos en los centros públicos de la ciudad.
Santiago Ramírez, CCOO
«Este año aparecen muchas creaciones de unidades, pero algunas de ellas no son clases en sí sino recursos de personal, maestras de Educación Especial, Audición y Lenguaje y Logopedia que se incorporan al centro, desde el año pasado contabilizan estos puestos de trabajo como unidades, es una de las trampas que hace la Consejería», asegura Santiago Ramírez, responsable de Pública Docente no Universitaria de CCOO. Y apunta que, aunque es muy positivo que haya más personal específico, «aún sigue siendo insuficiente».
Otro punto a tener en cuenta, advierten desde CCOO y UGT, es que las supresiones y creaciones de unidades se realizan a finales del curso anterior. Por eso, «las matriculaciones que se producen fuera de plazo, por cambio de domicilio u otras razones, no se contabilizan porque estas supresiones de aula se hacen a finales de curso y no tienen en cuenta los cambios posteriores».
Juan Vilchez, secretario de Educación Pública de UGT Málaga, agrega que «hay mucha matrícula extraordinaria por la alta temporalidad laboral en la Costa del Sol, sobre todo, que no se tiene en cuenta y que lo que provoca es la saturación de las aulas que quedan completas porque la supresión ya está hecha».
Como ejemplo de esta movilidad, el responsable de CCOO destaca que el pasado septiembre casi 50 alumnos en Málaga no pudieron empezar su etapa obligatoria porque no había plazas, los tuvieron que reasignar. «Desde la Junta alegan redistribución de recursos, impedir un gasto innecesario, hacen la sangría todos los años en la escuela pública mientras que en la concertada se revisa cada cuatro años y las supresiones son anecdóticas».
«Tenemos centros con mobiliario y con profesorado, así que para qué pagar un concierto cuando disponemos de la infraestructura y el personal», lamenta Ramírez. Y subraya que mientras los centros concertados están llenos, los públicos los están convirtiendo en «guetos». «La concertada argumenta que no tiene recursos de educación especial, así que la atención a la diversidad siempre recae en la pública».
Para el responsable sindical de CCOO, la Lomloe pide un cambio de base en la manera de enseñar y de aprender de los alumnos. Y para ello, asegura, «necesitamos menos ratio porque se atiende mejor a la diversidad, se hacen desdobles, se fomenta el aprendizaje cooperativo y aumenta la calidad en la educación». Por eso lamenta que el descenso de la natalidad no se esté aprovechando y se sigan cerrando unidades.
«Es la primera vez en años que se crean más unidades que se suprimen, pero llevamos tantos años de supresiones que ni de lejos se recupera todo lo que se ha destruido», sostiene Ramírez. «La Educación se utiliza desde un punto de vista mercantilista, cuando es un bien público que redunda en la mejora de la sociedad presente y futura, es la mejor inversión que puede hacer un país«, señala e indica que, sin embargo, Andalucía es una de las comunidades autónomas que arrastra un mayor desfase en la inversión y es donde hay más fracaso escolar y más abandono temprano.
Guillermo Hernández Becerra, ANPE
Guillermo Hernández Becerra, presidente provincial de ANPE, reitera la importancia de disminuir el número de alumnos por clase, algo que no se consigue cerrando aulas. «Si el objetivo es obtener una educación de calidad lo más sensato es que los docentes puedan hacer una enseñanza lo más individualizada y personalizada posible y para ello es fundamental que se reduzca la ratio, en un aula con 28 ó 30 alumnos se hace bastante difícil poder atender las individualidades y los distintas formas de aprendizaje», comenta.
Y subraya que desde ANPE llevan años reivindicando que no se supriman unidades en los centros públicos. Más aún, destaca, cuando hay centros concertados cercanos con las clases llenas. «Cuando se abre el plazo de escolarización, lo lógico sería que primero se cubriesen las unidades en los centros públicos y, de manera complementaria, se desviasen luego a las unidades en los centros privados concertados», comenta.
Hernández Becerra destaca que en la pública todos los años hay remodelación que se traduce en supresión de unidades. «En cuanto se suprime una unidad en Infantil, como un efecto dominó va afectado año tras año a los niveles superiores, y eso ya es irrecuperable», detalla.
Para el presidente provincial de ANPE, lo más coherente sería aprovechar la reducción de la tasa de escolarización por la disminución de la natalidad y del movimiento migratorio, para «mantener unidades con una ratio razonable, ha sido una oportunidad maravillosa desaprovechada«, lamenta.
El problema es el mismo de siempre, consideran los líderes sindicales. El presupuesto. «Pero si no se invierte en educación no hay progreso, no se puede evolucionar, lo que se hace es parchear», concluye.
Juan Vilchez, UGT
Juan Vilchez, secretario de Educación Pública de UGT Málaga, aporta otro apunte y es la creación de nuevas unidades en aulas prefabricadas por falta de planificación. En el colegio Isdabe del Mar, en Estepona, ya había seis barracones de prefabricadas y se ha realizado una ampliación. «Pues en la nueva ala creada, que se iba a destinar para Infantil, ya falta sitio para un grupo y acaba de terminarse la obra», afirma Vilchez.
«Cuando se reduce la matrícula lo óptimo sería mantener el profesorado y la unidad, y acercarse a un proceso de mayor calidad bajando la ratio, un elemento fundamental, más aún en determinadas edades, por el trato directo que precisan y las necesidades educativas especiales», señala.
Y critica que «no se está aprovechando la bajada de natalidad para hacer un proceso modernizador real». Para Vilchez, la nueva generación de escolares estudia «compactados en clases muy saturadas donde, además, hay que asumir a necesidades específicas de apoyo educativo».
Ademas, destaca que cerrar una unidad implica arrastrar en dicho cierre al personal docente, desde el o la tutora hasta el profesorado especialista. «Conforme se van reduciendo unidades hay menos personal docente en ese centro«, advierte.