Así son los muñecos hinchables del último desfile de Diesel
Muñecos hinchables que baten récords
Récord Guinness ha añadido hace unas semanas una de sus últimas marcas: la escultura hinchable más grande de la historia, presentada de la mano de Diesel en su último desfile SS 23 en Milán. El estudio holandés Dennis Vanderbroeck asumió la enorme figura, que surgió al pensar en la idea de sobredimensionarla tras los primeros bocetos. Con la respuesta positiva de la firma italiana, jugaron con las medidas —de manera consciente— para batir la marca con unas cifras nunca antes vistas en una estructura inflable.
Así fue cómo el centro de la pista del Palacio deportivo Allianz Cloud de Milán fue invadido por cuatro cuerpos; cuatro humanoides entrelazados de tal manera que muchas de sus extremidades desaparecían o bien las compartían con los otros. De 50 metros de largo, 38 de ancho y 14 de alto, la pieza se salía del escenario y trepaba hasta las gradas, reposando uno de sus pies y uno de sus brazos sobre los asientos. A pesar del gran protagonismo de la efigie, la gran alfombra roja —que rezaba “Diesel”— resaltaba notablemente en todo el conjunto.
La fuerza del Y2K de Diesel también en Milán
Casi 5000 personas fueron testigos del gran espectáculo de Diesel. Una representación que definieron como “el show del lujo democrático”, al ofrecer entradas gratuitas a más de 3000 asistentes, de los cuales el 70% eran jóvenes de entre 18 y 25 años. Como afirmaba el director creativo, Glenn Martens, “es lo que quieren los chicos de esta era digital altamente materialistas, pero en un nivel que les atraiga, que hable su idioma y que no sea demasiado complicado”.
La famosa firma de jeans comenzaba el espectáculo a oscuras y con una cuenta atrás. Al terminar, una música comenzaba a sonar a todo volumen y el lugar quedaba iluminado con la aparición de la primera modelo. Sorteando la obra de Dennis Vanderbroeck, las profesionales desfilaban con pantalones, tops, minifaldas, botas vaqueras o tacones de aguja bajo los muñecos hinchables. Además, lucían la tela vaquera de diferentes modos, pues cada tono, textura o acabado era distinto al anterior. Desde marrones hasta grises, pasando por negros o amarillos: esos fueron los colores elegidos como una clara alusión a la tendencia Y2K, tan presente en los últimos desfiles de primavera/verano del próximo año.
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En Milán.
El estudio holandés Dennis Vanderbroeck.