Sottovetro. El arte del cristal de Murano
Mirar a través del cristal de Murano
En esta muestra alojada en la Fondazione Berengo Art Space en Murano (Venecia), se pidió a numerosos artistas que realizasen obras exclusivas donde el cristal presentase un especial protagonismo. La industria que trabaja con este material posee una larga tradición y prestigio en la localidad de Murano, pero es cierto que, durante los últimos años, el sector ha sufrido un revés. De ahí que iniciativas como esta ayuden a preservar y a reinventar el que es uno de los negocios más relevantes de la región.
La intención detrás de estas piezas buscaba situar al visitante ante una serie de paisajes íntimos, cuya contemplación podía permitirle colarse en la mente de sus autores y descubrir uno de sus secretos: el de cómo conjurar la creatividad, cómo utilizarla y cómo moldearla. Con ello, se ponía de relevancia la versatilidad del cristal por la combinación de materiales, colores, texturas y formas, demostrando las múltiples posibilidades que nos ofrece.
La colaboración de Wonderglass con artistas de renombre
Las creaciones puramente artísticas se exhibían junto a objetos funcionales de diseño, como sillas o lámparas. La japonesa Nao Tamura, por ejemplo, concibió Cascade: una mesa en la que utiliza el cristal como río que fluye, sugiriendo un continuo movimiento. Siguiendo esa misma línea, también proyectó la luminaria Fluid, cuyas formas se inspiran, esta vez, en los rayos del sol incidiendo sobre la reposada superficie de un lago.
Por su parte, la portuguesa Joana Vasconcelos trató en su obra Interaction la libertad creativa que establecen las relaciones entre distintos materiales. De esa manera, empleó volúmenes de crochet —una técnica propia de su labor desde el 2010— y otros de idéntica morfología, pero hechos de cristal de Murano. El resultado de esta fusión fue una suerte de collage que invitaba a la experimentación.
Thomas Demand, Andrea Anastasio o Francesco Vezzoni también estaban expuestos. Este último acostumbra a trabajar con referencias culturales para reinterpretarlas con un significado nuevo. En esta ocasión jugó con un frasco de colonia diseñado por Leonor Fini en 1937, inspirado en el cuerpo de Mae West y pensado para la fragancia Shocking, de la diseñadora Elsa Schiaparelli. Así, Vezzoni construyó una versión del recipiente de grandes dimensiones, rindiendo homenaje a tres mujeres al mismo tiempo: la diseñadora de moda, la artista que ideó el frasco y la actriz que inspiró sus formas.
Esta exposición conjunta tuvo lugar entre el 8 de abril y el 15 de mayo, y fue comisariada por Jean Blanchaert, en conjunción con la Fondazione Berengo Art Space, la 59 edición de la Bienal de Venecia y la edición de este año de Homo Faber.
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Un total de 10 artistas.
Una empresa de piezas de iluminación de factura artesanal mediante la técnica del vidrio soplado tradicional de Murano. Sus fundadores son Christian y Maurizio Mussati, padre e hijo.