Claro que tengo temor | La Prensa Gráfica
Una tarde deambulaba por las calles de Sonsonate cuando de repente me frena un desconocido y me saluda muy cordialmente y me dice: leo sus artículos, les pone humor usted, verdad. Me ruboricé un poco, tengo por norma que los halagos no duren un minuto en mi mente, con este desconocido duró solo treinta segundos porque él me interrumpió con otra pregunta: mire, ¿no le tiene miedo a Nayib? No dejó de sacudirme un poco, me lo dijo en un tono afectivo, como queriendo escudriñar mi ego.
Claro que tengo temor que una noche de estas él haga un viaje galáctico de los que suele hacer y no pueda aterrizar y despierte turbado y algún obcecado asesor o amigo de confianza le aconseje que me haga desaparecido, no dejó de darme cierta temblorina y sofoquina.
Seguí caminando y le conté a una señora del mercado la incidencia del desconocido, me dijo: el mero mero no es de esas personas virulentas, lo que debía de preguntarle es qué se hizo toda la plata que gastó el ejecutivo en la pandemia, ahora tienen asustados a unos diputados con el enriquecimiento ilícito, yo a él lo felicito porque vinieron unos patrones del extranjero y se fueron contentos por el Surf City, ojalá nos hiciera sin mucha parafernalia «Los Cóbanos City» aquí en Sonsonate; también me parece la idea de los 50 municipios, lo que no sabemos de qué país está copiando el formato y cuánta gente va a quedar sin trabajo, es que hacen las cosas con mucho misterio, son mero escatológicos; lo desternillante es que llaman a organizaciones que opinen y al final hacen lo que ellos quieren, pero ¿sabe lo que admiro de este muchacho?, está haciendo malabarismos con la exigua economía de nuestro país, es algo caprichudo. Este año solo va a pensar en las elecciones, mucho menos en la economía, lo que me da miedo es que la calculadora personal solo le dé dos funciones, restar y dividir, y no le salgan las cuentas electorales y empiece a enchironar periodistas y cerrar periódicos, en ese combo se puede ir usted, incluso ese desconocido que le preguntó no fue casual, tenga cuidado, primero le van a mandar un par de intimidaciones para ablandarlo, mejor deje arregladas sus cosas, pero no lo creo mucho por los eventos internacionales que se le avecinan.
La señora me vio muy pensativo y trató de suavizar la charla: usted no se aflija, está entero todavía, tiene sus partes rescatables, incluso muchas de sus notas son parodias, ellos andan en otra onda, en que la beca continúe otros 5 años, cálmese, ya vi que se le quitó la temblorina.
Nos despedimos, pero me fui pensando en este muchacho, si se le ocurre atentar contra mi contrariada vida. Me recordé de las palabras de la señora: deje arregladas sus cosas, y fui en busca de un amigo notario para hacer mi testamento y dejar mi patrimonio a los que van a continuar mi existencia: mis mansiones, mis propiedades, mis yates, mi colección de autos, depósitos a plazo y una caja fuerte repleta de alhajas y joyas. Espero que no se den cuenta mis familiares y quieran precipitar mi existencia dándome matacán y le atribuyan al mero mero mi deceso. Bueno, de todos modos si no ven una nueva publicación durante los próximos dos meses en este periódico es que ya pertenezco al viento cósmico.