Ángela García de Paredes e Ignacio Pedrosa – Lanza Digital

Ángela García de Paredes e Ignacio Pedrosa – Lanza Digital


Los umbráculos de la bodega Real / D.P

Paredes Pedrosa Arquitectos, fundado por Ángela García de Paredes e Ignacio Pedrosa en Madrid en 1990, es un estudio de arquitectura que comparte objetivos arquitectónicos comunes en la docencia y en la práctica profesional iniciada con la colaboración de una década con José María García de Paredes.

Trabajan como profesores en el Departamento de Proyectos Arquitectónicos en la Escuela de Arquitectura de Madrid desde 1995, con una amplia trayectoria investigadora. Han colaborado con otras universidades como profesores visitantes, entre otras en la IUAV de Venecia desde 2013, y como críticos y conferenciantes en contextos académicos y profesionales en Europa, USA e Iberoamérica. Han sido comisarios del Pabellón de España en la VI Bienal de Venecia 1996 con la exposición “Arquitecturas para la Música” y de las Bienales Iberoamericanas BIAU de Cádiz 2012 y Sao Paulo 2016.

Tienen una amplia obra construida como el Ayuntamiento de Valdemaqueda, viviendas sociales, Teatro Valle Inclán de Madrid, Museo Arqueológico de Almería, Palacio de Congresos de Peñíscola, Espacio Torner en Cuenca, Villa Romana Olmeda en Palencia, Escuela UPI en Gandía, Bibliotecas Públicas de Ceuta y Córdoba, Auditorio de Lugo y la rehabilitación del Banco de España en Madrid. A nivel internacional, los proyectos para el Colegio Español en Rabat y la Embajada de España en Roma.

La obra de Paredes Pedrosa ha sido reconocida con numerosos premios como la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes de España 2014 y el Premio de Arquitectura Española 2007. Han recibido el AR Emerging Architecture, Premio de Arquitectura de Madrid, Medalla de Oro Internacional de Arquitectura Sostenible, Premio Torroja de Ingeniería y Arquitectura, Premio Europeo de Intervención en el Patrimonio Arquitectónico, Mención de Honor Europa Nostra y finalistas de los Premios Mies Van der Rohe y Aga Khan.
Su obra ha sido expuesta en las Bienales Españolas de Arquitectura en varias ocasiones, Bienales Internacionales de Venecia, y Bienales Iberoamericanas BIAU en y en exposiciones monográficas en Lisboa, Oporto, Ottawa y Nueva York. Invitados al Pabellón internacional de la Bienal de Venecia 2018 con la exposición “El sueño del espacio produce formas” que viajó a RPI en Nueva York y Ottawa en Canadá en 2019 y que se clausuró en la ETSAM en Madrid en 2020.

Cuenca. El auditorio en la Hoz del Huécar y el espacio Torner
Su primera obra en Castilla-La Mancha es el auditorio de la hoz del Huécar en Cuenca, proyecto de 1984, realizado una década después (1994). Un proyecto en una ubicación singular, una antigua cantera que ya había sido propuesta por el Ministerio años atrás para un proyecto similar. Una obra realizada en colaboración entre el Ministerio de Cultura, la Junta de Comunidades, la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Cuenca. Un proyecto iniciado por José María García de Paredes que había realizado el proyecto del Auditorio Nacional. A su muerte, en el desarrollo de las obras, la continuarán Ignacio y Angela consiguiendo un excelente resultado con una austeridad máxima de presupuestos.

El segundo proyecto realizado en Cuenca se realiza años después. En la iglesia de San Pablo, junto a la imponente Hoz del Huécar, en un interior gótico austero se instala de forma permanente el Espacio Torner como lugar de presentación de las obras del artista. La instalación respeta la integridad de la iglesia existente que incorpora en el nuevo suelo los necesarios elementos técnicos y la nueva arquitectura que se instala en el espacio desacralizado. Se establece así, a través de una estructura de paneles exentos, una relación arquitectónica precisa frente a la escala del templo. La distribución está constituida por paramentos de madera pintada que incorporan la iluminación, exentos de los muros de la iglesia y que configuran una arquitectura dentro de otra, sin apropiarse sin embargo de las bóvedas, tenuemente iluminadas. Desde el exterior, la intervención sólo se adivina por la puerta giratoria abierta al balcón sobre la hoz del Huécar. El proyecto recibió la mención especial Europa Nostra 2006.

Los umbráculos de la bodega Real. Finca Marisánchez.
En la Carretera de Valdepeñas a Cózar (Cózar km.12,8) se ubica la finca Marisanchez. La empresa se fundó en 1989 con el propósito de elaborar vinos de alta calidad partiendo de sus propios viñedos enclavados en su finca, en Montiel (Ciudad Real). Uno de los principales atractivos de la bodega es un cortijo del siglo XVII ubicado en medio de la plantación y que pertenece a la familia Barroso.
Finca Marisánchez tiene 800 hectáreas de terreno, de las cuales la parte situada en los márgenes del pantano está destinada al cultivo del cereal, mientras que el olivar y el viñedo se extienden en las zonas más áridas del interior de la finca. En la parte noreste de la plantación se localiza la mayor parte del monte bajo autóctono. Desde sus comienzos se dividió la plantación en cinco viñedos, cuyos nombres tradicionales aluden a la propia historia de la propiedad.

Una aportación singular a la bodega es la obra realizada por el estudio Paredes-Pedrosa. Conservando la arquitectura tradicional ya existente se realizan una serie de umbráculos que definen una nueva imagen exterior del conjunto y un conjunto de espacios destinados a comedor, cafetería y salas de reuniones. Las nuevas estructuras de los umbráculos de acceso y los espacios de comedor, sala de reuniones y equipamientos complementarios de la bodega presentan una imagen de calidad arquitectónica singular que se integra perfectamente con los edificios tradicionales y el entorno de los viñedos. Soluciones constructivas de gran interés permiten la creación de grandes espacios con pilares de apoyo separados y una estructura de cubierta de formas planas que dejan vista la estructura de nervios que resuelve constructivamente las grandes luces que debe salvar.

Modernidad y tradición
La nueva arquitectura se ha imbricado con la arquitectura tradicional conservando los valores de lo existente y haciendo presente nuevas formas en el lugar. Los umbráculos (grandes cubiertas que crean zonas de sombra) tienen forma de estrella irregular de cuatro brazos que enlaza las nuevas intervenciones y recorridos sin tocar los viejos muros encalados. El umbráculo se sitúa en el patio del cortijo como lugar de estancia y conexión entre los distintos usos y la bodega, enlazando el conjunto en piezas construidas y espacios libres, extendiendo sus brazos desiguales hacia la entrada, restaurante, hotel y hacia la ampliación de la bodega que envuelve la nave existente. El espacio queda articulado en cuatro partes de altura variable que se unen en el centro a través de un patio pequeño en el que hay una fuente pentagonal. Se ha construido una estructura singular que ha servido de base para el conjunto de elementos destinados a comedor y salas del conjunto de la bodega.

Y junto a ello los nuevos espacios de comedor, salas de reuniones y actividades diversas de la bodega en una arquitectura de gran sencillez y limpieza que establece el diálogo con la arquitectura tradicional a la vez que suponen una aportación cualificada a este espacio productivo que ahora tiene un uso más amplio y diverso. Nuevas adecuaciones han cambiado el destino de alguno de los espacios tradicionales ahora convertido en comedor y se ha construido una nueva nave de bodega separada de las antiguas edificaciones. Un proyecto que, a pesar de sus alteraciones posteriores y cambios de uso de algunas partes del conjunto, conserva la arquitectura cuidada, la elaboración detallada que acompaña a la idea base del proyecto de calidad del estudio Paredes-Pedrosa.



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