calor de hogar en Balmaseda

Los continuos viajes desde julio de 2021, con el objetivo de inventariar todo meticulosamente –aún les queda la mitad de la faena por delante– dieron forma a la idea de restituir esta importante parte del patrimonio de la villa a su lugar original. Los guardeses que lo cuidaban marcharon en 2002 y, con las obras de restauración del edificio a partir de 2010, se retiró el material. En Orexinal esperan espolear la curiosidad y conciencia de los vecinos para estudiar la forma de conseguir que los objetos permanezcan de alguna manera en el municipio y no acumulando polvo a ochenta kilómetros.

Análisis documental

Ejemplar a ejemplar

¿Datos inéditos?

El palacio alberga actualmente eventos y exposiciones en sus espacios diáfanos. Hay que imaginárselo antiguamente con estancias mucho más compartimentadas, con sus chimeneas y repletas de cuadros. Midiendo la superficie, esta mudanza equivale a trasladar el contenido de diez pisos. Legajos anteriores al siglo XVII, desde “testamentos a escrituras” se perfilan como el tesoro más valioso que puede revelar datos interesantes sobre la historia de Balmaseda, y por eso se están analizando “ejemplar a ejemplar” y se trabaja para procurarles acomodo “digno”.

“Al menos desde el siglo XV existía en nuestra villa un puerto seco donde se fiscalizaba el paso de las mercancías entre Bilbao y Castilla”, para cuya gobernanza “el rey se servía de funcionarios administradores”, a uno de los cuales, Lucas de Horcasitas “se debe la construcción en 1686 en estilo enmarcado en el clasicismo con elementos barrocos del palacio que ejerció como aduana hasta que en 1841 se abrió el Camino Real desde Orduña de Una de las mansiones señoriales más relevantes de Bizkaia”.

Antonio de Arteche

(1880-1962)

Abogado y político

Pasó por aquella época a manos de Antonio de Arteche y Villabaso (Bilbao, 1880-1962) primer marqués de Buniel, título concedido por Alfonso XIII. Abogado, diputado a Cortes por Burgos, secretario y vicepresidente de la cámara del Congreso de los Diputados, también se le impuso la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica. Un hombre de mentalidad abierta que atesoraba publicaciones que “podrían haber acarreado un problema a político a cualquier familia fuera del ámbito noble”. Textos sobre actas de sesiones del Senado, política exterior, arquitectura, derecho, educación sexual “y mil temas más que nos regalan una visión de la polarización de la Europa de entreguerras”. Un libro de fotografías tomadas por Alexandra de Inglaterra, nuera de la reina Victoria y esposa del hijo y sucesor de ésta, Eduardo VII, de una colección editada en 1908 o números de la revista National Geographic, incluyendo el de julio de 1936, el mes del golpe franquista que desencadenó la Guerra Civil, testimonian la aparente despreocupación de la alta sociedad ante los eventos que pronto convulsionarían el continente.

El marqués quizás atisbó signos de tormenta en sus viajes portando como equipaje baúles con “pegatinas de Francia o Reino Unido, destinos completamente inasumibles para la mayoría de la población”. A modo de curiosidad, los hay de la marca Louis Vuitton, sinónimo de lujo también hoy, y la igualmente exclusiva Magasins du Louvre, que en aquella época podían absorber “los jornales de varios meses de una familia normal”. Posiblemente en las escapadas de ocio la familia jugara al tenis con su raqueta modelo Driva de la marca Williams and Co. París que “se empezó a fabricar a principios del siglo XX y se popularizó a raíz de eventos como los Juegos Olímpicos de Amberes en 1920”. La preocupación por la inflación y la incertidumbre política internacional copan las portadas de los periódicos de los años setenta depositados en su interior. ¿Suena de algo?

El primogénito del primer marqués, Luis María de Arteche y Ortiz de la Riva (Bilbao, 1908-Jerez de la Frontera, 1991) renunció al título. Estudió en el extranjero y disfrutaba de los veranos en Balmaseda. En la Guerra Civil se le encomendó cavar zanjas en el campo de batalla. Una noche soñó que hallaba una imagen de la Virgen y al día siguiente encontró una estampa del Pilar entre la tierra. Llegó a prior de la cartuja de Nuestra Señora de la Defensión en Jerez de la Frontera, ciudad que le dedicó una calle “por reconstruir y ordenar el edificio durante una incansable tarea de veinte años”.

Las cajas se apilaban en Markina sin referencias de a qué habitación pertenecían, así que el montaje se ha llevado a cabo en Balmaseda con precisión artesanal pieza a pieza en el caso de las dos camas, mesas, etc. acoplándolas al entorno actual también con fotografías familiares, uniforme y calzado militar, la indumentaria de la Cofradía de la Vera Cruz o zapatos congelados en el tiempo aguardando a que su propietaria recibiera invitados. Se enfundaría en un elegante vestido tras el biombo situado al lado de la cama con dosel que se compone de “tres hojas tapizadas con tela brocada, cuatro patas decoradas con volutas, rocalla y copetes decorados en ambos lados con pinturas de temática galante de estilo rococó”. Obra de Ramón Muñoz Rubio (Jaén, 1867-Madrid, 1910) “importante retratista que también se dedicó a la pintura histórica y las escenas costumbristas , practicó la denominada pintura de casacones, inspirada en imágenes y ambientes idealizados de la segunda mitad del siglo XVIII”.

Dinámico

Nuevos enseres

Para ver varias veces

Desde la inauguración se han transportado a la villa más sillones o arcones y la intención de Orexinal es que crezca el apartado decorado a los libros, por lo que se puede acudir varias veces para encontrar las estancias más pobladas. La muestra permanece abierta los jueves y viernes entre las 17.00 y las 20.00 horas y sábados, domingos y festivos por la mañana, de 11.00 a 14.00 horas. Entren al majestuoso patio interior porticado del palacio Horkasitas, suban las escaleras y disfruten. El legado del marqués maravilla en los pisos superiores.