Con CFK fuera de competencia, el albertismo allana el terreno para el 2023

A través de sus redes sociales, Alberto Fernández consideró que Cristina «es víctima de una persecución absolutamente injusta», al referirse a la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para el ejercicio de cargos públicos. Si bien la sentencia aún no está firme, y le aguarda un largo recorrido judicial hasta llegar a la Corte Suprema, para el presidente: «Hoy, en Argentina, ha sido condenada una persona inocente. Alguien a quien los poderes fácticos trataron de estigmatizar a través de medios de comunicación y perseguido a través de jueces complacientes a los que pasean en aviones privados y mansiones de lujo los fines de semana».

Las palabras de Alberto Fernández plantean una grave crisis institucional para la república, ya que tensan al extremo el conflicto entre dos de los tres poderes que la componen.

Hoy no puedo dejar de conmoverme por la sentencia condenatoria a @CFKArgentina. Es el resultado de un juicio en el que no se cuidaron las formas mínimas del debido proceso. En el que se violó el principio de no juzgar dos veces un mismo hecho.

— Alberto Fernández (@alferdez) December 6, 2022

«Hoy no puedo dejar de conmoverme por la sentencia condenatoria a CFK. Es el resultado de un juicio en el que no se cuidaron las formas mínimas del debido proceso. En el que se violó el principio de no juzgar dos veces un mismo hecho». Y completó su razonamiento inmediatamente: «En el que no se explica como puede administrar fraudulentamente quien no tiene capacidad de disponer y decidir en licitaciones públicas. Alguna vez enseñó Carrara que cuando la política se mete en los tribunales, la Justicia se escapa por la ventana. Eso ha pasado en este caso». Como conclusión, aseguró´que «la suerte estaba echada desde el comienzo y tan solo hizo falta un simulacro de juicio que inició uno de los jueces que disfrutó del viaje pagado por el Grupo Clarín».

Los duros conceptos vertidos por el presidente se contradicen con el clima de celebración imperante en la Casa Rosada  y, en general, dentro del albertismo, que se la tenían jurada a la vicepresidenta desde hace largos años.

Aunque nadie salió a expresarlo públicamente, la decisión anunciada por Cristina de no presentarse a ningún cargo electivo el año próximo deja el camino abierto para que el presidente pueda postularse para la reelección. Claro está que no queda en claro desde qué espacio político, ya que una de las interpretaciones más aceptadas afirma que con su discurso posterior a la sentencia Cristina habría terminado de detonar al Frente de Todos.

Con Cristina fuera de la competencia, el escenario abierto queda abierto para la postulación de varios candidatos y la composición de nuevas alianzas políticas. El riesgo de fragmentación no sólo amenaza al oficialismo, sino también a la oposición, que ha perdido así al enemigo que permitía aglutinar a fuerzas políticas claramente disímiles y hasta antagónicas en muchos casos. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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