Cuando Lugo soaba con Le Corbusier

Lugo, aos 20 del siglo pasado. Una ciudad pequea, tradicional, con una burguesa agraria y con los vientos de la modernidad intentando cruzar el corazn de la Muralla. Ese fue el escenario que recibi al joven pontevedrs Eloy Maquieira cuando en 1923 puso sus pies en la Praza Maior. Haca poco que haba acabado sus estudios en la Escuela de Arquitectura de Madrid y haba recorrido Europa empapndose de aquel estilo internacional que estaba cambiando visiones en el viejo continente. Un ideario, aquel racionalismo, que apostaba por la funcionalidad, las formas geomtricas, los materiales industriales, la luz… Una manera de entender la arquitectura que rompa radicalmente con el Lugo de la poca y que durante los siguientes aos se incorporara al paisaje urbano lucense abriendo la puerta a un modernismo del que hoy todava quedan algunas huellas.

Pero Maquieira, que fue arquitecto municipal desde 1927 y tambin dej su sello en vario edificios, no estaba solo en su cruzada vanguardista. Tambin Alfredo Vila, compaero de fatigas en la Escuela de Arquitectura y amigo, regres a su Lugo natal dispuesto a empapar de su visin racionalista una ciudad que empezaba a despertar del letargo. El retorno de algunos migrantes, cierta pujanza econmica que iba de la mano de la ganadera y el comercio, y un ansia de abrirse al mundo liderada por la que podra ser la burguesa de entonces crearon el caldo de cultivo perfecto para que Maquieira y Vila obraran su magia.

El antiguo sanatorio Vzquez Portela, el IES Xon Montes, alguno de los edificios de Santo Domingo o la Praza de Abastos conservan todava la esencia de aquel Lugo de los aos 30 que quiso seguir el rastro de Le Corbusier, pero que, al igual que el resto del pas, vio cercenadas sus alas cuando el rgimen franquista quiso imponer su propia concepcin de la arquitectura.

Las primeras obras de Maquieira generaron cierta controversia. El paladar lucense no estaba habituado a aquellas lneas limpias ni a la construccin que ignoraba la piedra. De la primera modernidad queda como testigo el IES Xon Montes, cuyo diseo original se desdibuj tras la guerra. Sus esquinas redondeadas, las cubiertas de tierra vegetal que el arquitecto quera introducir para que los alumnos hiciesen prcticas o su juego de alturas convierten al edificio en muestra de aquella vanguardia continental.

Lo mismo sucede con su revisin de la Praza de Abastos, que hoy perdura sobre restos romanos; o uno de los edificios de viviendas de Santo Domingo en el que jug con las fachadas, los claroscuros y los huecos. O en la Casa Roca, que da a la Praza Maior y Doutor Castro con sus ventanas y el uso del hormign.

Pero aunque Maquieira es el nombre ms significativo del racionalismo lucense, la produccin de Alfredo Vila tambin se ha hecho acreedora de una pgina en la historia de la arquitectura en la ciudad. A lo largo de dos dcadas realiz proyectos privados y pblicos, ejerci como arquitecto de la Diputacin y dej su huella en el urbanismo de la ciudad.

Viviendas a lo largo y ancho de la trama urbana o edificios tan reconocidos como el Sanatorio Portela fueron algunas de sus creaciones. Hoy, tanto su obra como la de Maquieira siembran de pequeas pinceladas racionalistas la ciudad amurallada.