El diseño minimalista de este departamento irradia elegancia y serenidad | Architectural Digest
Este departamento con un increíble diseño minimalista se encuentra en un edificio histórico de principios del siglo XIX dentro de las murallas de Turín que se erigieron para separar la ciudad del campo hasta el siglo XX. Aquí, el estudio de diseño maat architettura —dirigido por la arquitecta Martina Tabó— diseñó un proyecto de remodelación para un departamento de unos 125 metros cuadrados, que experimenta con la interacción entre la blancura de los colores neutros y la fuerza de la luz natural. El resultado es un departamento cuyo diseño es una oda al minimalismo. «Todas las intervenciones se diseñaron para crear nuevas relaciones entre los distintos espacios de la casa y el entorno exterior», comenta el arquitecto. Aquí, de hecho, se exponen grandes tragaluces Velux que experimentan con el arte de la iluminación natural. No se trata sólo de una tendencia reciente, sino de una auténtica filosofía de diseño que abarca varios aspectos: desde la disposición de los muebles hasta los colores, pasando por la elección de los materiales y la distribución de las estancias. En definitiva, es una disciplina de diseño actual que promueve el uso de la luz natural en el interior de los edificios. No es casualidad que Velux —la empresa danesa especializada en la fabricación de ventanas y tragaluces— haya creado Daylight in Daylife, un programa que ha sacado a la luz (y no es un juego de palabras) una serie de casas donde «la luz es la protagonista», comenta Serafino Ruperto, creador del proyecto.
El poder de la luz natural en el mundo del interiorismo
Al igual que en un set de Stanley Kubrick, en el que el director y productor de cine estadounidense utilizaba el poder de la luz y el color blanco para crear atmósferas suspendidas —basta pensar en algunas escenas de la película de culto 2001 Una odisea del espacio—, la arquitecta turinesa Martina Tabó diseñó un entorno que, a través de estos dos sencillos elementos, realza el espacio y le da una sensación de profundidad y ligereza. Entre los grandes nombres del mundo de la arquitectura y el diseño del siglo XX, Le Corbusier también afirmaba que «la arquitectura es un magnífico y correcto juego de formas bajo la luz«. Las paredes blancas y los muebles de diseño minimalista cobran vida a través de un juego de luces y sombras. Pero lo que también hace que la casa sea viva y acogedora son las personas que viven en ella, una pareja de mediadores de arte contemporáneo, «que han sabido enriquecer el entorno con sus reliquias, esculturas y objetos preciosos», comenta el arquitecto. Una especie de galería de arte doméstica en la que el blanco se convierte en el lienzo a partir del cual todo cobra vida y forma.