Enrique Marty lleva a La Gran un gabinete de lo que no sabemos

Enrique Marty lleva a La Gran un gabinete de lo que no sabemos


Madrid,

El pasado, el histórico y el estrictamente artístico, es un gran terreno de juego para Enrique Marty, por más que nunca se base en él para la copia directa: las suyas son reinterpretaciones muy personales derivadas de la observación, la contextualización y el pensamiento. Hace ocho años, cuando trabajó a partir de las colecciones del Museo Lázaro Galdiano en el primer capítulo de una serie de propuestas del centro en las que autores actuales dialogaban con sus fondos, explicó que para él todo arte es contemporáneo, se dejó seducir por El Bosco, Teniers, Eugenio Lucas y Goya y trató de “devorar”, en expresión también suya, a esos referentes. Sus obras se nos presentaban en el centro madrileño camufladas, pareciendo y no pareciendo pertenecer a sus salas, porque además no llevaron cartelas explicativas.

Más recientemente, en 2020, nos enseñó Marty en Espacio Marzana trabajos inspirados en su lectura de textos de sabios y filósofos de todas las épocas en los que estos se quejaban de la falta de valores de las nuevas generaciones, de su torpeza o de su corrupción. Parecía subrayar el artista que, en otros tiempos, esas consideraciones pecaban de falta de perspectiva y de pesimismo; en el nuestro, sin embargo, negar el deterioro podría hacerse más complicado.

Enrique Marty. "Ornamentos". La Gran
Enrique Marty. “Ornamentos”. La Gran

En la exhibición que, el pasado 19 de noviembre, inauguró en La Gran, titulada “Ornamentos”, continúa mirando hacia atrás desde nuestra época y desde su subjetividad. No lejos, en el Museo del Prado, podemos contemplar la serie de Los cinco sentidos, quinteto de obras realizadas en colaboración por Jan Brueghel de Velours y Rubens y planteadas como alegorías de nuestras capacidades sensoriales; si el primero se ocupó de los exquisitos emplazamientos de las escenas (flores, animales exóticos, interiores de detallista decoración), al segundo se le atribuyen las figuras humanas (Venus, Cupido, los amorcillos).

Además del sentido simbólico de las composiciones, llaman nuestra atención en ellas los Kunstkammer, gabinetes que poseyeron gobernantes y aristócratas, también mercaderes especialmente afortunados, para atesorar sus colecciones artísticas y científicas. Los veremos también, ya en época barroca, en las pinturas de Teniers, Van Haecht o Cornelis de Baellieur, en las que los dueños de estas cámaras quedaban empequeñecidos frente a la riqueza de sus fondos. La colección que aparecía en los trabajos de Brueghel y Rubens era, en todo caso, real: aparecen piezas que pertenecieron a Isabel Clara Eugenia y su esposo.

De esa tradición beben las obras de pequeño formato de Marty que componen la serie Non-Melancholic Scenes, aunque su atención fue más allá en el tiempo, hasta los maestros flamencos bajomedievales que experimentaron con la perspectiva desde un enfoque más empírico que racional, incorporando espejos, ventanales que suman paisajes al conjunto o trazando espacios interiores en sucesión.

Algunos de esos autores (todos podemos recordar a Jan Van Eyck, Roger van Der Weyden o el Maestro de Flemalle) buscaron además la penetración psicológica en sus retratados, y al halo de enigma que esa profundidad implica también remiten las telas del salmantino: sus personajes parecen observarnos con cierta fijeza, integrándonos en la imagen y haciéndonos partícipes de un entorno a la vez riquísimo y caótico ante el que ellos parecen impasibles, como si no pertenecieran a la escena ni tuvieran que ver con el acervo que los rodea, compuesto tanto por obras de arte como por objetos y especímenes científicos.

A veces los acompañan flora o fauna salvajes, que no podemos vincular al mundo que los rodea pero que sí ofrecen diversas posibilidades simbólicas: el pavo real alude tradicionalmente a la eternidad, el cordero a la bondad, el perro a la lealtad, etc, más allá de los significados que los distintos individuos o culturas puedan concederles y que no vendrían sino a enriquecer las opciones. Tienen los símbolos una vertiente tanto universal como particular, como apuntó Cirlot.

Enrique Marty. Non-melancholic scenes, 2022
Enrique Marty. Non-melancholic scenes, 2022

En el libro Devises heroïques de Claude Paradin, datado en 1551, se ha inspirado, además, Marty a la hora de dar forma a un conjunto de pequeñas esculturas que también podemos contemplar en La Gran. El texto asociaba plantas y animales a determinadas virtudes heroicas y las piezas que él ha creado, bajo el título general de Animalmineralvegetal Man, simulan ser objetos de lujo que hibridan todas las ramas de la biología. Nada épico parecen contener, pero sí albergan alusiones a divisas en forma de adornos que remiten a los vasos o piedras preciosas atesoradas por Luis XIV o el Gran Delfín francés.

Enrique Marty. Animalmineralvegetal Man, 2022
Enrique Marty. Animalmineralvegetal Man, 2022

Esos adornos, ornamentos, los encontrábamos también en las Non-Melancholic Scenes -pues la posesión del arte rara vez tiene solo que ver con el placer visual o la apreciación de lo bello y significativo; informa asimismo del deseo de sugerir poder y prestigio- y volveremos a verlos en las blancas y pulcras esculturas llamadas El reino del régimen muñeco, cuyo minimalismo contrasta con la proliferación objetual de las pinturas. En suma, en estos últimos trabajos de Marty vuelve a conjugarse lo cercano y lo mágico, lo histórico y lo absurdo, la alegoría y la lectura de lo real.

Enrique Marty. Reino del Régimen Muñeco (escena Romántica), 2020
Enrique Marty. Reino del Régimen Muñeco (Escena Romántica), 2020

 

 

Enrique Marty. “Ornamentos”

LA GRAN

c/ Nicolás Morales 38, 1º Nave 8B

Madrid

Del 19 de noviembre de 2022 al 4 de febrero de 2023

 

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