Feria Batimat, propuestas contra el cambio climático

Desde su organización plantean una batería de propuestas en este Low Carbon Construction Tour: formación de expertos y su posterior contratación, renovación del stock urbanístico, descarbonización del hormigón, construcción off-site, biológica o con madera, uso de energías renovables, empleo de biomasa y vegetalización de las ciudades. De todos, urge el primer punto: instruir un regimiento de técnicos cualificados e introducirlos en las estructuras de trabajo de las empresas, aunque primero hay que crear conciencia en este sector tan asentado en el cortoplacismo, como ya nos demostró durante la burbuja del boom inmobiliario patrio y su posterior explosión. Salimos de una crisis económica y repetimos patrones. ¿Seremos capaces de ver la necesidad de no destrozar el planeta aún más o, por el contrario, somos testigos de la oportunidad en nuevas tipologías posapocalípticas?

Las propuestas de Batimat

Llegados a estas alturas, se hace necesaria una normativa estatal, europea, que obligue a la innovación. Estamos acostumbrados a la edificación húmeda —hormigón, cemento—, pero nos dicen que la off-site reduce la huella de carbono en un 30-40%. Aquí se puede hacer un pequeño esfuerzo logístico. No hay mucha complicación para las grandes urbes y sus anillos, pero ¿qué pasa en el medio rural o en zonas desindustrializadas? Construcción en madera, en materiales de procedencia biológica —paja, guata de celulosa, cáñamo—, biomasa… son recomendaciones para ayudar con la descarbonización. Qué mejor campo para poner en práctica todo esto que allí donde transportar camiones con módulos prefabricados implique un gasto energético evitable.

Podemos volver a los orígenes, a una arquitectura tradicional y consciente, sabedora de cómo mantener la energía y cómo optimizar los materiales. Hablamos de descarbonizar en origen la nueva arquitectura, pero también de actualizar el viejo mercado inmobiliario. Si no queremos que todo lo que se erigió deprisa y mal sea un gran sumidero de energía, se requieren cantidades ingentes de dinero público en ayudas y políticas de renovación. ¿Estamos dispuestos a pagar entre todos, una vez más, la mala praxis de algunos?

Cubiertas vegetales y más árboles ayudan a retener el carbono y a disminuir las temperaturas. Estamos inmersos en una ola de calor que parece no tener fin. El Ayuntamiento de París mantiene abiertos 140 parques las 24 horas del día para que la gente con menos recursos pueda disponer de un espacio público sombreado y relativamente fresco. Este mes han añadido otros 14 a la lista y otros 6 se abren excepcionalmente en caso de canícula. Queda bastante claro que es efectivo social, económica y energéticamente naturalizar de nuevo nuestras ciudades.

Si queremos seguir viviendo, y dignamente, para el 2050 —fecha anticipada para el fin de la humanidad— tenemos que ponernos las pilas. Pilas sostenibles, renovables, con mucho dinero para hacer modificaciones estructurales y tecnológicas, normativas que no puedan saltarse y, sobre todo, un cambio de mentalidad global, de usuarios, gestores, productores, desarrolladores. Batimat realizará en esta edición de la feria un cálculo de su huella de carbono. Primer paso para reconsiderar fórmulas asimiladas de trabajo.

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