la mitológica exposición de Jeff Koons en Grecia
El regreso de Jeff Koons a Grecia
De empresario a artista —o artista-empresario según muchos—, Jeff Koons es uno de los creadores más cotizados del mundo. Recordemos que su escultura Rabbit alcanzó el precio más alto de un autor vivo: 91 millones de dólares en una subasta de Christie’s en 2019. No son muchas las entidades culturales que pueden contar con el lujo y el privilegio de albergar una muestra del solicitado estadounidense, sin embargo, la griega DESTE Foundation ahora posee la suya propia: Apollo.
Ubicada en la isla de Hydra (al sur de Atenas), la exposición gira en torno al dios griego del sol, la música, la danza y la poesía. O lo que es lo mismo: lo mediterráneo y lo artístico. Y es que, tras un aplazamiento de dos años por la pandemia, DESTE presenta este solo show con nuevas esculturas de Koons y objetos ready-made seleccionados por él mismo. Todo ello con la intención de involucrar al espectador en lo que se ha calificado como “un diálogo metafísico entre lo contemporáneo y lo antiguo”.
Un recorrido por Apollo: de la mitología clásica a Duchamp
Haciendo honor al nombre que titula el conjunto, en el centro se ubica el Apollo Kithara: una escultura policromada de la deidad de 2,3 metros de altura con su tradicional cítara musical. La efigie se encuentra inmersa en una atmósfera transformada a través de falsos frescos que emulan los de la antigua villa de Boscoreale. Y, pese a creer estar en una estancia histórica, paralelamente el espectador se topa con un par de zapatillas Nike de bronce.
En un choque visual entre una antigüedad clasicista y una contemporaneidad de rabiosa actualidad, Koons ejerce su magia. A la manera de Duchamp, emplea útiles cotidianos y de valor mínimo, distribuyéndolos por el espacio, robándoles su original función para ponerlos al servicio de un nuevo sentido de contemplación y de belleza conceptual.
Gazing Ball Tripod o Plato’s Solid Forms Wind Spinners son obras que completan su discurso, en un mix de guiños a las costumbres helénicas y a la cultura pop de nuestros días. Junto a ellas, aparecen otros elementos que van desde velas encendidas hasta una referencia —aún más duchampiana— a un urinario. Pensemos en sus ya reconocibles y primeras Gazing Ball Tripod, donde mezclaba la escultura de mármol de las civilizaciones pasadas con una bola reflectante de color azul eléctrico.
Jeff Koons y la comunión entre lo trascendente y lo banal
En el exterior y dando la bienvenida al visitante, hay un molinillo de viento reflectante con la cara de Apolo. A través del símbolo astral del sol, la monumental pieza atrae —como un enigmático imán— hacia el interior de la instalación, como si de un lugar de peregrinación espiritual se tratase. Y es que la intención de Apollo es la de ofrecer una experiencia multisensorial, estimulada por el arte, la quema de salvia y la música: una que conjuga sonidos de la pretérita cítara con canciones contemporáneas.
De forma aparentemente inconexa y heterogénea, el trabajo representa lo que ha venido siendo la meteórica trayectoria de Koons a lo largo de décadas: un cántico abstracto y neo pop, que va de lo trascendente —lo religioso en este caso— a lo superfluo —el consumismo o la banalidad— en un abrir y cerrar de ojos.
Más es siempre más para Jeff Koons. Así lo demuestra en esta suerte de mitología “contemporaneizada”, con su habitual carácter espectacular, que quizás lo que quiera señalar —con posible acierto— es una nueva religión para el hombre de hoy.
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Del 21 de junio al 31 de octubre de 2022.
La Fundación DESTE para el Arte Contemporáneo es una institución sin fines de lucro fundada en 1983 por el coleccionista Dakis Joannou. A través de sus espacios de exhibición en Grecia, DESTE participa en un extenso programa de exhibición que promueve a artistas emergentes y establecidos y tiene como objetivo ampliar la audiencia del arte contemporáneo.