Motion Autos Art & Architecture – Sala 3 Popularising
La era de la Industrialización
La tercera sala de la exposición Motion, Autos, Art & Architecture situada en el Guggenheim de Bilbao se adentra en el siguiente paso o etapa en el progreso del automóvil, proceso que empezó en 1930 con el despliegue de fábricas a escala nacional, conocido como industrialización. Durante un espacio de reactivación económica, pasada ya la Segunda Guerra Mundial, el automóvil se convirtió en un símbolo de renovación y orgullo nacional, transformándose en un objeto más habitual, apartándose del estatus de lujo, arte y placer que lo caracterizaba.
Introducción a Motion Autos Art & Architecture
Las limitaciones que conllevaron el periodo de posguerra se vieron reflejadas en los diseñadores a la hora de reinventarse a través de los límites geométricos, costes y diferentes materiales para impulsar la innovación y el ingenio logrando crear más con menos. A lo largo de esta época, surgieron los coches compactos en Europa y a su vez sus homólogos de mayor tamaño en Estados Unidos, se amplió la huella del automóvil alterando el paisaje urbano y rural de los dos continentes. El arte y la moda de la época se fusionaron con el atractivo que la movilidad despertaba en la sociedad.
A ambos lados se dividen 9 vehículos en total, primero en el lado izquierdo de la sala se hallan el Voiture Minimum, Fiat Nuova 500, BMW 600 y el Mini. Empezando por el Voiture Minimum, cedido por el Museo del Diseño de Londres, el famoso arquitecto Le Corbusier proyectó la esencia del práctico y económico utilitario con este peculiar automóvil ideado para un concurso de diseño. La idea de Le Corbusier se centraba en un vehículo sencillo y asequible, que permitiera desplazarse a tres personas en un único asiento corrido delantero, contando además con un asiento lateral trasero abatible y convertible en cama.
El Fiat, con casi 20 años de fabricación, avala a este utilitario, también manifiesto del avance tecnológico italiano tras la gran guerra. El popular diseño de Dante Giacosa salía de la innovadora factoría Turinesa para conquistar usuarios, que permite el acomodo de sus pasajeros en un habitáculo bien aprovechado e incluso el de sus equipajes.Este modelo ha sido prestado por Norman Foster de su colección privada familiar.
En cuanto al BMW, era el modelo de cuerpo largo del famoso Isetta de tres ruedas (600), que conservó la original puerta frontal abatible así como el cuadro de instrumentos. Esta renovada carrocería de mayor tamaño y de cuatro ruedas favoreció su condición de urbano espacioso. También mostrada gracias al anterior prestador protagonista en esta muestra artística.
Otra de las referencias históricas superventas fue el Austin Mini Morris de Alec Issigonis, un concepto más urbano de plataforma muy reducida pero máxima habitabilidad gracias a la innovadora ingeniería diseñada por Alex Moulton. Se puede observar el vehículo seccionado en dos, una parte enseñando la carrocería y la otra las entrañas mecánicas del vehículo. Automóvil suministrado por el Haynes Motor Museum de Reino Unido. Finalmente en el lado derecho se localizan el Volkswagen Type 1 ‘Beetle’, Citroën 2CV Sáhara, VW Type 2 Microbús Deluxe ‘Samba’, Renault 4 y el Minissima.
El Volkswagen apodado “Beetle” fue uno de los objetivos de la época, coche sencillo y barato de gran aceptación. Un proyecto impulsado por el dictador de la Alemania nazi Adolf Hitler que mediante el diseño de Ferdinand Porsche y Erwin Komenda hizo movilizar a Alemania para su más tarde producción en serie exitosa durante décadas llegando a fabricar más de 21,5 millones de unidades. Concretamente esta unidad ha sido prestada por el Grupo Volkswagen Classic.
Respecto al Microbús, facilitado por el Stiftung AutoMuseum Volkswagen de Wolfsburgo, nació como una furgoneta compacta destinada a la carga de materiales, pero con la versión Samba, se destinó exclusivamente a pasajeros, de generosa superficie acristalada y opción de techo solar. Como su hermano de gama, el escarabajo, su singularidad le llevó a ser icono entre la sociedad hippie de la década de los 60, mostrándose como paradigma de un estilo de vida itinerante.
El Citroën 2CV Sahara fue una versión 4×4 del modelo original que llegó a los 14 años de producción destinado a labores todoterreno en explotaciones mineras y petroleras francesas en África. Uno más de los expuestos en propiedad de la colección de Norman Foster. El Renault 4 era la respuesta del sello Renault al éxito de la vecina Citroën con su 2CV. Su sencillez y polivalencia lo convirtió casi en fenómeno social en plena expansión económica, fabricándose en más de 20 plantas, entre ellas la española FASA de Valladolid, de donde procede el ejemplar expuesto suministrado por Renault.
Por último el único prototipo ejemplar fabricado diseñado por William Towns, con la misma premisa que el Mini, el Minissima le caracteriza la mínima carrocería, máximo habitáculo y ruedas pequeñas. Optó por una única puerta en la parte trasera, ubicando a los pasajeros sobre asientos traseros de lado mirando hacia dentro. Tras el intento de búsqueda por anticipar un reemplazo de modelo reducido urbano, finalmente no prosperó esta propuesta de movilidad urbana del grupo British Leyland. Prestado por el empresario coleccionista privado Phillip Sarofim.