«No empollábamos, yo solo buscaba 3.000 euros para una ortodoncia»
Raúl Alcubierre y Miguel Ánchel Barcos son dos de los cuatro funcionarios del Ayuntamiento de Zaragoza (con Jesús Cuartero y Vicente Simón) que integraban el grupo Los Sindulfos, que ganó 794.000 euros en el concurso ‘Boom’ de Antena 3 por su participación desde diciembre de 2021. El pasado viernes fueron eliminados, tras 174 programas, siendo ya los terceros que más han aguantado en este programa que lleva ocho años en emisión, después de Los Dispersos, que participaron en 324 entregas, y Los Lobos, en 505. No lograron el bote. Este fin de semana van a homenajearles en el municipio turolense de Villanueva del Rebollar de la Sierra. Y han recibido muchas felicitaciones, entre ellas la del jugador del Real Madrid Jesús Vallejo.
¿Cómo les ha sentado el mensaje del futbolista?Miguel Anchel Barcos: Nos manda una enhorabuena por el pedazo de exhibición que hemos hecho en el programa ‘Boom’ y porque hemos representado a Aragón de maravilla, siempre dejándola en lo más alto, al contar nuestras anécdotas, porque solía ver el programa con su novia.
¿Les ha marcado mucho el programa?Raúl Alcubierre: Tienes la sensación de que has vivido algo irrepetible porque la experiencia es muy bonita. Cuando perdimos el programa, el chasco es porque ya no vuelves. El dinero está bien, pero al final tienes una sensación de vacío.
¿Cómo ha sido su relación con los miembros del programa?M. A. B.: Muy buena con todo el equipo y echas de menos a algunos de ellos.
R. A.: Somos muy conformados y todo nos venía bien, desde la comida al hotel. Sabíamos que era algo efímero.
Después de haber resistido tanto tiempo, ¿creen que pueden repetir?M. A. B.: Si hubiera algo similar y pudiéramos ir todos juntos, volveríamos.
¿Cómo llevan lo de que les reconozcan por la calle?M. A. B.: No éramos conscientes de que nos veía un millón de espectadores, afortunadamente.
R. A.: Nosotros no somos famosos, pero hay gente que nos dice que nos echarán de menos.
Sus anécdotas relacionadas con Aragón han sido muy seguidas…R. A.: La que contó Miguel sobre las golondrinas fue de las más seguidas y me la han recordado en mi pueblo (Almudévar).
M. A. B.: Eran las mujeres del Pirineo vestidas de negro que pasaban andando a Francia por el puerto de Belagua (Navarra) y la venta de Juan Pito para trabajar en las alpargatas en Mauleón.
¿Han reivindicado los pueblos?M. A. B.: Hemos sido muy rurales contando cosas de pueblos. Yo tengo relación con Used y Fago. Vicente es de Villanueva del Rebollar de la Sierra y Jesús tiene relación con Moyuela, pero también hablaba de Calahorra y Arnedo. Hemos pasado casi del neolítico a la edad digital. Conté la llegada de la primera televisión y lo que era el teleclub municipal en Bailo.
R. A.: Les ha encantado lo que contó Valentín del encaje de bolillos. Yo tengo relación con Almudévar, Tardienta, Las Pedrosas y El Temple, un pueblo de colonización del que hablé una vez y la gente no sabía lo que era eso. Hemos contado lo que vivimos con nuestras familias, como la matacía o la vendimia. A mi padre no le han llamado nunca más que ahora desde Las Pedrosas por el programa.
¿Siguen con la propuesta que hicieron al programa de hacer una exposición sobre la máquina del tiempo?M. A. B.: Cuando vas al programa ‘Boom’ tienes que hacer una proposición para ver qué harías si ganas el dinero del bote. Aunque no lo conseguimos, podemos formar un equipo y pensamos en que sería un exposición divulgativa, interactiva y táctil.
R. A.: Jesús propuso hacer una exposición de las máquinas del tiempo aprovechando que Sindulfo García (personaje zaragozano de novela) fue el primero que las inventó, ocho años antes de la que estrenó H. G. Wells. Solo lo haces si ganas el bote, pero nosotros trabajamos en Cultura y queremos hacerla si es viable e incluso itinerante. Nos daría gusto poder hacerlo, aunque no ganáramos el bote.
¿La gente necesita que se hable de Aragón en la tele?R. A.: La gente se ha sentido muy identificada, con el orgullo aragonés.
M. A. B.: Esta tierra está tan necesitada de autoestima y cuando ha visto algo donde reflejarse…
Una ciudadana que lleva a su madre en un silla de ruedas interrumpe la entrevista en un bar de la plaza del Pilar para felicitar a los dos concursantes por la buena publicidad que hicieron de Aragón y darles la enhorabuena.
¿Puede afectar al programa vuestra salida?M. A. B.: Creo que al programa le fastidia que no sigamos. Pero es un juego y no pasa nada.
R. A.: Hemos pasado otros programas más críticos que el del viernes pasado. Nos quedamos a cien puntos y a un segundo.
¿Lograr el bote era imposible?R. A.: Estuvimos dos veces a una pregunta (de las quince). Solo tuve la sensación de ganarlo cuando quedamos a tres, sobre una de Le Corbusier, la capital de las islas Cook y otra de una película, pero no estábamos los cuatro allí porque alguno estaba eliminado. Siempre había una o dos preguntas cerrojo porque es mucho dinero para este programa. Los dos grandes se lo llevaron los Rockcampers en el programa 67 y los Lobos, en el 505.
¿Han estudiado mucho para participar en el programa?R. A.: Qué va, no empollábamos. Solo buscaba 3.000 euros para la ortodoncia de mi chica.
M. A. B.: Al principio, en la productora nos decían que íbamos a estar mucho tiempo y nos vieron madera. Pasamos de no mirar nada a hacernos listas sobre los premios Óscar, Grammy, Nobel… o de países, pero no estudiábamos. No éramos unos concursantes estudiosos. Raúl y yo nos presentamos a ‘Pasapalabra’, pero no nos seleccionaron.
¿Habrá más programas que puedan convencerlos?R. A.: Es muy adictivo. Con estos tres, sí.
M. A. B.: Puede ser, porque tienes mono.
¿Qué efecto tienen los impuestos sobre el premio?R. A.: Eso me lo preguntaron muchísimas veces y Hacienda se queda con el 40% del premio. Alberto (Gálvez, otro concursante zaragozano) hizo un alegato muy majo sobre pagar impuestos al eliminar al grupo Los Dispersos del programa. Somos funcionarios y pensamos igual para cubrir la educación, los hospitales o las pensiones.
¿El cambio de vida solo es coyuntural?M. A. B.: Solo es temporal.
R. A.: No me cambiaría de casa aunque me tocara el bote porque vivo a cinco minutos de la plaza del Pilar, del trabajo y del colegio de mis peques.
¿Qué han ganado en este programa?M. A. B.: Muchas cosas: nivel de vivencia, relación personal y formación.
R. A.: Me costaba mucho hablar en público y ahora ya no me tiembla la voz como al principio. En los primeros programas tenía miedo escénico y hasta urticaria. Además, la gente se emocionó al subir la estima de los aragoneses y de los funcionarios.
¿Han sido apoyados en su trabajo?R. A.: Nuestros compañeros nos han apoyado y hemos tenido la suerte de que nuestra jefa de servicio nos haya facilitado la licencia de trabajo sin sueldo.