Norberto Gil conquista el Premio BMW de Pintura con su poética de los espacios

Norberto Gil conquista el Premio BMW de Pintura con su poética de los espacios


El artista sevillano Norberto Gil es el ganador de la 37.ª edición del Premio BMW de Pintura, que celebró ayer su gala en el Teatro Real. Su acrílico sobre lienzo Escalera Fala 2 es la obra que más ha gustado al jurado, presidido por Enrique de Ybarra e integrado por Tomás Paredes, Carmen Iglesias y Luis María Anson. Nacido en 1975, Gil es licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla y ha protagonizado numerosas exposiciones individuales (muchas de ellas en la Galería Birimbao de su ciudad natal) y participado en colectivas desde finales de los años 90.

Más de 3.300 obras han participado en el premio, que este año ha incorporado las categorías de arte digital (en la que la ganadora ha sido Irene Molina) y talento joven (Andrea Hernández), mientras que la Beca Mario Antolín de investigación pictórica ha sido para Amaya Suberviola.

«Para un artista de media carrera este es uno de los premios más ilusionantes«, señala Gil, que se ha presentado al BMW «muchísimas veces» y que destaca «su enorme repercusión». «Llevo 20 años presentándome y nunca había sido seleccionado… Pero después de tantos años pintando la gente va conociendo tu obra, te va identificando…, y todo eso suma. Esto es como un colofón a una parte de mi trayecto, ya que todavía estoy a mitad de mi carrera. Es un hito muy importante».

La obra ganadora de Norberto Gil: 'Escalera Fala 2', acrílico sobre lienzo, 2022


La obra ganadora de Norberto Gil: ‘Escalera Fala 2’, acrílico sobre lienzo, 2022

Escalera Fala 2, explica el artista, «pertenece a una serie hecha para una exposición en La Coracha de Málaga, pero el tema se truncó, el proyecto adquirió otra orientación y la serie se quedó un poco en el limbo». El título de la obra remite al estudio de arquitectura Fala de Oporto, donde Gil encontró la inspiración para esta serie.

«Es un taller pequeño de arquitectos portugueses jóvenes, lo fui a visitar en el verano, nos atendieron estupendamente, visitamos casas suyas… Y vi claro lo que me apetecía pintar, porque encontré muchos elementos con los que me sentí identificado, los círculos que ponen en los frisos de sus casas, la utilización del azulejo y la cerámica con una visión moderna… Fue una mezcla inspiratoria, y esta obra en concreto es la más grande de la serie, de la cual otro cuadro ha sido premiado en Ayamonte», explica.

«Voy en un camino que por lo menos a los miembros de los jurados les está gustando. Además de estar satisfecho con el trabajo propio, es importante que te lo reconozcan», añade el artista.

Los espacios creados por Gil, en los que entra en juego lo inacabado, «invitan al espectador a introducirse y a interpretar»

Una obra y una serie que revelan tanto el interés del artista por la arquitectura y el diseño como su capacidad para elaborar una singular poética de los espacios en la que se dan la mano la geometría, la soledad y el misterio.

«Yo represento arquitectura prácticamente desde mis inicios. Nunca he metido figuras. Son espacios diáfanos que invitan al espectador a introducirse y a interpretar, porque dejo aspectos sin acabar para que cada uno finalice la obra con su visión. Siempre he sentido interés por la belleza arquitectónica, por la belleza pura de los espacios en los que vivimos… Esa filosofía de Le Corbusier de tener una casa práctica pero que a la vez tenga una sutileza en lo funcional. Aúno muchos conceptos y al final lo que hago es un elogio de la arquitectura».

Norberto Gil se siente «cómodo» en este momento de su trayectoria, «porque siento que lo controlo todo mucho más: hago algo que realmente domino desde el punto de vista técnico y con lo que me identifico. Ese imaginario que tiene uno de elementos y de recursos lo tengo dominado».

«Pero también es verdad», añade, «que quiero ir hacia algo más… suelto. Porque yo amarro mucho los planos a la hora de componer y ahora estoy en una fase en la que creo que voy a dar un pequeño saltito. Vengo de representar una arquitectura mucho más figurativa, con un componente más real, y ahora estoy más geométrico, más suelto, y no me importa que me salgan obras abstractas que sugieran un cierto misterio al que las vea».

En marzo de 2023, Gil protagonizará junto a Ángel Alén en una exposición sobre Le Corbusier en el CAC Málaga-La Coracha comisariada por Fernando Francés. Y para finales de año participará en un proyecto sobre el estudio Fala en la Fundación Madariaga de Sevilla, comisariado por Sema D’Acosta

Un sevillano y una granadina (Irene Molina) han triunfado este año en los premios BMW. ¿Indica esto que la creación artística se encuentra en un buen momento en Andalucía? «Es un tema muy comentado -apunta Gil-, sobre todo porque más allá de la pintura, en otras disciplinas, está habiendo mucho movimiento en Andalucía. En la comunidad artística de Sevilla, que es donde resido, hay muy buena sintonía, con muchos pintores que nos ayudamos en plan crítico, para que cada uno evolucione. Todos tienen su sitio y hay mucho respeto. Las facultades de Bellas Artes de Sevilla, en la que estoy dando clases, y Granada han creado un poso, una tradición, y quiero pensar que esto ha influido».





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