Olafur Eliasson diseña Vertical Panorama Pavilion en unos viñedos

Olafur Eliasson en The Donum Estate

Siempre que el ser humano ha necesitado dibujar el cielo, lo ha hecho a través de enormes vidrieras: aprovechando la luz, dejando jugar a los colores. Eso ha dado pie a ciertas experiencias religiosas, epifanías de cristales tintados que a día de hoy pueden ser trasladadas a cualquier otra devoción; como el vino, por ejemplo, tan litúrgico. Y siguiendo este enfoque, Studio Other Spaces ha decidido erigir en los campos californianos su Vertical Panorama Pavilion.

Todo comenzó en 2019, tras la visita de Sebastian Behmann —arquitecto del estudio— a los viñedos, las bodegas y el resto de obras de arte que pueblan The Donum: esculturas de Ai Weiwei, Yayoi Kusama, Elmgreen & Dragset o Doug Aitken. Allí empezó a pergeñar en su cabeza la concepción de un ambiente holístico en la cima de una colina, desde la que se diera una comunión entre el vino, la tierra, las vistas de la bahía de San Diego y el cromatismo. Algo que proveyese al usuario de una sinergia entre arquitectura y espacio, que insuflara la misma inspiración que él había sentido sin denostar una mirada natural de lo que lo rodeaba a través de una metodología experimental.

Teniendo en cuenta el tiempo desde que nace la uva hasta que se convierte en elixir, Olafur Eliasson dio con la idea de los antiguos calendarios circulares. De esta manera, se erigió este pabellón cónico, con un óculo orientado al norte y compuesto por 832 paneles de vidrio tintado de diferentes tonalidades. Aunque no de un modo aleatorio, son 24 colores en distintas variaciones de transparencia y traslucidez, que representan los cuatro parámetros meteorológicos anuales de la finca: radiación solar, intensidad del viento, temperatura y humedad.

Cata de vino bajo una vidriera

El Vertical Panorama Pavilion está pensado para una experiencia de cata de vinos, combinando el sentido de la vista con el del gusto y el olfato. Antes, el paseo por el camino gravoso con los sonidos de la naturaleza acariciaba el oído; ahora, dentro de la instalación, el área de descanso con separaciones de baja altura en ladrillo y comodidades en tonos terrosos relaja el espíritu. “El pabellón mapea los elementos efímeros circundantes —el suelo, la vegetación, el viento, el sol, la atmósfera y la lluvia— y los incorpora en el colorido dosel, lo que refleja la firma única del vino”, explican Eliasson y Behmann

El caleidoscopio de Olafur y de Studio Other Spaces pretende, pues, desaparecer y hacerse uno con el entorno sin dejar que su singularidad resalte. Fomentándolo también en su interior, el cual Mei y Allen Warburg —dueños de The Donum Estate— quieren emplear para que los visitantes puedan ser testigos de las prácticas agrícolas biodinámicas que llevan a cabo en sus terrenos.

Olafur Eliasson ya mostró su compromiso con la sostenibilidad y el espacio en su exposición contra la huella de carbono Sometimes the river is the bridge.