Planean reconstruir en Polonia primer proyecto moderno de Mies van der Rohe
Łukasz Olender
Varsovia, 21 ago (EFE). – La ciudad polaca de Gubin planea reconstruir la Villa Wolf, considerado el primer proyecto moderno del arquitecto Ludwig Mies van der Rohe, último director de la Bauhaus, y levantada entre 1925 y 1926 para el empresario Erich Wolf.
«Nos gustaría reconstruirla en los próximos años, entre 2024 y 2028,» explicó a Efe Bartłomiej Bartczak, el alcalde de Gubin, y agregó que en estos momentos se está preparando un plan funcional para el proyecto.
Este documento, que según el primer edil debería estar listo en los próximos meses, presentará los parámetros básicos de las inversiones necesarias y es el prerrequisito para obtener financiación de la Unión Europea (UE) para la reconstrucción.
La villa, de la que sólo quedan los cimientos, está considerada uno de los prototipos de la arquitectura moderna en Europa y el primer proyecto moderno de Mies van der Rohe, el vanguardista arquitecto conocido por el Pabellón de Alemania en la Expo de Barcelona (1929) y por la Villa Tugendhat (1930) en la ciudad checa de Brno, así como por ser el artífice del perfil urbano de Chicago.
Cuando Van der Rohe recibió el encargo del rico empresario, ya se había establecido como arquitecto de viviendas de la clase media alta, tras iniciar su andadura en Berlín en 1905 en los estudios de Bruno Paul y de Peter Behrens, donde coincidió con Le Corbusier y Walter Gropius.
La ciudad de Gubin, ahora separada por la frontera con germano-polaca, estaba en aquel entonces en territorio alemán y era conocida como Guben.
La villa, basada en formas cúbicas, fue levantada sobre una colina de terrazas de piedra, con vistas a la ciudad y al río Neisse. Según los bosquejos del edificio, conservados en Nueva York – adonde el arquitecto emigró en 1938 -, y las fotografías existentes, estaba revestida de ladrillos rojos y negros.
«Tenía más de 1.000 metros cuadrados de espacio utilizable y otros 300 metros cuadrados en el sótano. Las habitaciones eran muy espaciosas,» contó a Efe Arkadiusz Michalak, director del Museo Arqueológico de Świdnica, que supervisó las excavaciones.
En 1945 la familia Wolf huyó de Gubin ante el avance del Ejército Rojo y la ciudad fue casi destruida por completo en el curso de los combates.
«El edificio sufrió inicialmente algunos daños en el curso de la guerra y luego fue vandalizado de forma intencionada por las fuerzas soviéticas. Hemos encontrado incluso rastros de explosiones que dañaron las paredes,» señaló Michalak.
Las ruinas fueron posteriormente enterradas, después de que algunos residentes usaran los cascotes para reconstruir sus propias casas, y el terreno se convirtió en un parque, mientras que la parte de la ciudad sobre el banco derecho del Neisse pasó a pertenecer a Polonia.
Tras varios intentos por excavar los cimientos en 2001 y en 2014, las prospecciones más recientes, que sacaron a la luz los fundamentos de la villa, terminaron el pasado mes de julio; Michalak afirma que las excavaciones han revelado que el proyecto fue construido con el mayor de los cuidados.
«Se usaron cuatro tipos diferentes de ladrillos de distinto tamaño, grado de cocción y forma. Mies van der Rohe diseñó la villa hasta en el menor de los aspectos y supervisó la construcción,» apuntó el arqueólogo y añadió que «se puede apreciar la atención al detalle» puesta en el proyecto.
Su equipo encontró además restos de los muebles que pertenecían a la villa y de objetos de porcelana que coleccionaba Wolf, entre ellos fragmentos de figuras de la «belle epoque» y de estatuillas elaboradas en Inglaterra en el siglo VIII.
«Hemos realizado escaneos en 3D y fotogrametrías, que podrían emplearse en el futuro para la planificación y reconstrucción de la villa,» agregó Michalak.
Los planes para reconstruir la villa han despertado además interés del lado alemán de la frontera, donde Florian Mausbach, expresidente jubilado de la Oficina Federal para la Construcción y la Planificación Regional, se involucró y cooperó con la búsqueda de financiación.
El alcalde Bartczak admite que en vista de la elevada inflación, el proyecto -del que se espera también que pueda atraer turistas a Gubin- todavía se enfrentará a obstáculos, de naturaleza financiera principalmente.
Debido al incremento del precio de los materiales de construcción, afirma que es difícil estimar el coste real, que según advierte se situaría probablemente entre 3 y 5 millones de euros. EFE
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