Reconstrucción, una ciudad aún mejor

Reconstrucción, una ciudad aún mejor


En la calle 88, donde antes la promesa urbanística giraba alrededor de dos estaciones del Metrorail, el número de edificaciones fue al menos cuadriplicado.

Frente a Dadeland, hoy existe un complejo urbanístico, residencial y comercial, con más de 15 edificaciones, que muchos claman como el centro urbano de Kendall.

Detrás de Dadeland, por su lado norte, las nuevas urbanizaciones indican la reanimación de la zona con viviendas adosadas y edificaciones de varias plantas.

Continuamos rumbo sur, por la vía US-1, se nota la presencia de nuevos centros comerciales en la acera este, donde antes hubo pequeños espacios que habilitaban tiendas de ropa, alimentos y talleres de mecánica.

Atrás de los nuevos locales comerciales, donde hoy lucen supermercados y grandes almacenes, se perciben edificaciones de dos y tres plantas y un sinfín de viviendas construidas acorde con los nuevos códigos de construcción.

Vale recordar que la base de la recuperación tuvo sus comienzos en el esfuerzo de un grupo de activistas comunitarios, bajo la sombrilla de la iniciativa We Will rebuild, reconstruiremos en español, que logró, junto a instituciones privadas, los gobiernos condal, estatal y federal y las aseguradoras de viviendas, encaminar la reconstrucción.

Vórtice

Un par de millas más y llegamos a la zona cero, donde el vórtice del huracán desencadenó la fuerza mayor.

Aún se aprecia la presencia de grúas de construcción y cientos de albañiles haciendo sus faenas en terrenos disponibles.

Tierra adentro, en dirección oeste, yendo por la calle 120, donde se encuentra Miami Executive Airport, el paisaje está igualmente habitado por nuevas construcciones y terrenos disponibles.

Son nuevas edificaciones que ofertan precios de mercado, altos para el poder adquisitivo de la población, aunque algunas urbanizaciones ofrecen un número muy limitado de precios menores, por aquello de cumplir con la promesa de viviendas asequibles.

Si cuestionable fue la fortaleza de casas y otras edificaciones que fueron construidas en los años 1980, ahora todos esperan que, dada la experiencia de 1992 y la nueva codificación, las obras sean capaces de contener los fuertes vientos de un huracán.

Un giro al sur y notamos que hay más terrenos disponibles, tal vez muchos, que pudieran ser utilizados, a merced de las reglas urbanísticas y comerciales que rigen los códigos de zonificación.

Entramos en un área donde las nuevas obras abundan. Bastaría mencionar que la firma constructora Lenar cuenta con más de 60 nuevas urbanizaciones en Homestead, Princeton, South Miami Heigths, Goulds y zonas aledañas, con modernos diseños que invitan a dejar el centro de la ciudad de Miami.

Impresionante es el complejo de edificios y viviendas Woodside Oaks, de Royal American Development, en la calle 260, al norte de Naranja, con distribución de calles que semejan una ciudadela, jardines y fuente de agua.

Santiago, que se sienta al sol en el pequeño portal que preside su vivienda, afirmó que “comprar la casa, (en ese lugar), lejos del barullo de Miami, fue la mejor decisión de su vida”.

También en esa calle está Redland Shores, que es otra comunidad, diseñada por Onx Homes, con modernas casas adosadas y otras unifamiliares, rodeadas de áreas verdes.

A unos pasos de allí, un par de millas o más, Redland Ranches cuenta con grandes casas, que debemos llamar mansiones, que hace 12 años, cuando comenzaban a construirse, fueron vendidas por 300.000 dólares y más, y hoy, tras el incremento de precios en el mercado inmobiliario, superan el millón de dólares.

Homestead

Llegamos a Homestead, la huerta del sur de Florida, donde se cultivan muchas de las verduras y frutas que consumimos en Miami y sus alrededores.

En esta localidad conviven unas 80.000 personas y miles de trabajadores migrantes que atienden las faenas del campo.

Esta localidad, que recibió el golpe del lado sur del vórtice del huracán, perdió prácticamente todas sus plantaciones y hoy reluce con nuevas siembras y revitalización urbana.

Salvo Losner Park, que representa uno de los lugares más emblemáticos de la zona y suma siete años de cierre por reparaciones, todo parece estar encaminado. Quien conoció Homestead antes y vuelve a andar por su calle principal Krome Avenue nota la diferencia.

El electorado de Homestead votó aumentar los impuestos a la propiedad para construir un flamante ayuntamiento y una nueva estación central de policía, así como renovar el viejo teatro de la municipalidad que estaba a punto de cumplir 100 años, entre otras remodelaciones.

Hoy Homestead ostenta un impresionante ayuntamiento, que rememora líneas neoclásicas, frente a una amplia plaza, que cuenta además con una acera al frente repleta de locales comerciales, donde el estacionamiento de vehículos pudiera resultar dificultoso si no conoce la zona.

De hecho, Homestead es una de esas municipalidades que, tras la lección del huracán, subraya su propia identidad y busca crear su propio nicho para no tener que depender del largo trayecto que significa ir a la gran ciudad.





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