Sabrina Ratté. El arte digital en la Gaîté Lyrique

Arte digital impregnado de poesía y ciencia ficción

En un contexto de saturación digital y hastío visual, AURAe transmite un viaje en el que el visitante atraviesa o se funde con fotogramas fragmentarios y coloridos. Esta exposición de arte digital se presenta como un gran conjunto de arquitecturas y parajes habitados por el movimiento, que cuestiona la separación física entre dos realidades. La perspectiva desarrollada por Ratté se basa en la disección gráfica. En sus vídeos, lo visual se dispersa, se entremezcla, se transpone, se fusiona, se desintegra, aparece y desaparece jugando al travestismo de contornos arquitectónicos con gran armonía cromática y secuencial.

A través de sus instalaciones —proyecciones de vídeo, animaciones, fotogrametrías, esculturas y dispositivos espaciales— Sabrina Ratté inventa —o más bien sueña— paisajes y construcciones, situados en algún lugar entre el mundo físico y el virtual. Algunas de las obras se vinculan a la investigación arquitectónica (Alpenglow, 2018), mientras que otras están más relacionadas con cuestiones ecológicas (Floralia, 2021) o paisajísticas (Radiances, 2017-2018), pero todas sugieren lugares cuya naturaleza es ambigua, como si fueran portales que conducen al plano metafísico. Con esta serie de piezas impregnadas de poesía y ciencia ficción, Sabrina Ratté pretende dar relieve a las imágenes y dotarlas de una nueva aura.

Asimismo, la continua exploración de nuevas técnicas de arte digital ha alimentado siempre los temas que recorren su porfolio. No obstante, en los últimos años, Ratté ha insistido en la relación entre lo real y lo virtual para desplegar su imaginario. Para configurarlo, opera con tecnologías analógicas y herramientas digitales, haciendo de la electricidad su materia prima y del vídeo su sustancia maleable. “Mi trabajo se inspira en la tensión entre la utopía y la distopía, la existencia física y la irreal, la inmersión y la retirada, la naturaleza y lo artificial, lo sublime y lo repulsivo… La ambigüedad que plantean estos conceptos, a priori contradictorios, me lleva a cuestionar la naturaleza de la realidad y, más concretamente, los parámetros culturales y subjetivos que la construyen y definen”, explica la artista.

La textura arquitectónica visual de Sabrina Ratté en Gaîté Lyrique

En colaboración con el diseñador de escenografía Antonin Sorel y el músico Roger Tellier-Craig, —responsable de la envolvente e indispensable animación sonora—, Ratté idea un inquietante archipiélago, una serie de islotes y refugios fuera de lo palpable, como un desfile de utopías hipnóticas en las que el visitante se hunde, se instala brevemente e incluso medita. “Me interesa la inmersión, pero sobre todo la noción de originar un contraste entre esta y la distancia. Sin duda, esta exhibición ha sido concebida con el objetivo de perderse en los vídeos: por medio de las creaciones, de las arquitecturas que se originan o del contexto de las instalaciones”, aclara Ratté.

Los entornos inmateriales generados toman la forma de un ocaso, de flora invasora, de topografías imposibles o de nuevas ciudades. En ellos caminamos, nos bañamos o tomamos el sol. Sus imágenes ilusorias son el reflejo —o el espejismo— de una dimensión ambivalente. Es así como en los panoramas que propone, el espectador palpa la calidez del ambiente, siente las texturas líquidas o sólidas como si fueran tejidos, percibe una comodidad desconocida que, sin embargo, le es muy familiar.

En este enlace puedes leer un artículo sobre arquitecturas y paisajes digitales de cinco estudios.