Tobia Nicotra, el infame falsificador de Milán cuyas obras siguen arruinando colecciones históricas

Tobia Nicotra, el infame falsificador de Milán cuyas obras siguen arruinando colecciones históricas


Existe relativamente poca información concreta sobre Nicotra, y como fue un falsificador profesional, la evidencia documental existente debe ser tomada con escepticismo. “Pareciera que los hechos se desvanecen a su alrededor”, afirmó Wilding. Si bien algunos relatos afirman que tenía 53 años al momento de su juicio, un certificado de nacimiento sugiere que podría haber tenido 44. Sin embargo, los recuentos periodísticos contemporáneos y las entrevistas con varios académicos que lo han estudiado, comienzan a formar una idea del hombre y su prolífica carrera.

Un boceto ilustrado de Nicotra en el juicio, el cual apareció en The American Weekly, lo presenta como un hombre calvo, con rostro delgado, con anteojos sobre una nariz puntiaguda, bigote y barba estilo “candado”, con una bufanda gruesa o algún tipo de cuello peludo parecido al astracán sobre su abrigo.

Nicotra tuvo un amplio alcance en cuanto a los tipos de documentos que falsificó y parece que tenía un verdadero talento y aptitud para el aprendizaje. En una oportunidad, falsificó un poema que afirmó que era de Tasso, el poeta renacentista italiano, además forjó manuscritos musicales de compositores destacados e incluso se dice que inició un pequeño incidente internacional al crear una carta falsa de Colón en el que identificaba su lugar de nacimiento en España, no Italia, lo que incitó al alcalde de Génova a escribir una larga declaración en la que reafirmaba la ascendencia italiana de Colón.

Un relato de su condena en 1934 realizado por The Associated Press, la cual se publicó en The New York Times con el título: “Falsificador de autógrafos es sentenciado a prisión”, describió la manera en que operaba Nicotra. “Su método consistía en visitar la Biblioteca de Milán y arrancar las hojas de guarda de libros antiguos o robar páginas de manuscritos y escribir en ellos los ‘autógrafos’ de músicos famosos. Los bibliotecarios de Milán testificaron que había arruinado muchos de sus libros”, dice la nota.

En 1928, Nicotra le vendió a la Biblioteca del Congreso lo que parecía ser un aria firmada por Mozart llamada “Baci amorosi e cari”, supuestamente escrita por el compositor a los 14 años.

“Era algo muy especial porque, en primer lugar, era desconocida, por lo que no estaba registrada en ninguno de los catálogos temáticos de Mozart en ese momento”, afirmó en una entrevista Paul Allen Sommerfeld, especialista en referencias musicales de la Biblioteca del Congreso. “Aseguró haber encontrado este manuscrito y luego publicó la canción”.



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