una silla y un ventilador

Anastassiades marcó un antes y un después en el mundo de la iluminación cuando, en medio de una avalancha de lámparas retro que imitaban a las de los años cincuenta y sesenta, autoprodujo unas radicalmente modernas, desprovistas de referentes, móviles minimalistas y poéticos que inauguraron esta senda y que, editados por Flos, se han hecho virales. «Todavía la gente me ve como un diseñador de lámparas sobre todo. Me han puesto esa etiqueta porque tienen en la memoria lo que he diseñado en ese campo, que tuvo un gran impacto. Mis años con Flos han sido muy prolíficos. Llegué a ellos por mi trabajo para mi propia marca que comencé a desarrollar cuatro o cinco años antes de que llamaran. No tengo forma de parar esto ni me contraría; me parece interesante que gente a la que he conocido ayer u hoy diga: ‘¡También diseñas muebles!’, cuando llevo haciéndolo cinco años», explica entre irónico y divertido.

SACARLO FUERA

Este Salone del Mobile, la firma Kettal presentaba dos piezas diseñadas por el anglochipriota, el ventilador Superfan y la silla Ringer. «Primero hubo una presentación informal en mi estudio, mucho antes de la pandemia. Al principio, ya sabes, es como una especie de flirteo, no sabes cómo va a a resultar, cómo vas a encajar tu lenguaje. Probamos con algunas ideas, pero finalmente les propuse hacer una silla”. Es su primer asiento producido comercial- mente y encima outdoor.  Anastassiades se fue a Barcelona y de allí ha salido esta pieza, «exactamente como la diseñé y como la quería, como una declaración de principios, aunque negociando con la comodidad, cuando normalmente son dos términos opuestos. Fui muy estricto para lograr esto: un icono que no comprometiese el confort. Tiene una estética De Stijl. Bien es cierto que no es para sentarte horas y horas, sino un rato en la terraza de un café».

Luego les hizo otra propuesta más bizarra: un ventilador, algo que ninguna marca outdoor de primera liga poseía en catálogo. «Solo los hacen las empresas especializadas. Este lo ha producido cien por cien Kettal desarrollando toda la tecnología necesaria”. El hecho de ser Anastassiades ingeniero ayuda. Superfan es discreto, pero estético, completamente silencioso. «¿Has visto algún ventilador como este? Normalmente son más futuristas o como un bombardero. Este parece origami; no se puede decir que sea agresivo, pero tiene una fuerte presencia». Lo más llamativo es que va montado directamente a techo, sin tija. «Normalmente está relacionado con la eficiencia, cuanto más larga es, más aire mueve, pero en este caso sin ella funciona. Está pensado para techos modernos con poca altura». Pequeños detalles, casi imperceptibles, marcan la diferencia. Es el discreto encanto de Anastassiades.

CAMINO INDIVIDUAL

Michael Anastassiades es una rareza por varios motivos. El éxito le llegó ya tarde, en la cuarentena; ingeniero y con un máster de diseño en el Royal College of Arts, sus propuestas no terminaban de cuajar y completaba sus ingresos como profesor de yoga. Así que decidió autoproducir sus propias lámparas, llamando la atención de la industria. Flos lo fichó rápidamente, y su Captain Flint e IC Lights son un hit de ventas. Además, es de los escasísimos diseñadores que además de tener firma propia también trabajan para terceros como Herman Miller, B&B Italia, Cassina o Kettal. Ahora acaba de asociarse a Piero Gandini, ex CEO de Flos, empresa que dejó en 2019 y buen amigo personal, para entre los dos lanzar a lo grande su marca, Michael Anastassiades. «Lo anunciaremos durante este septiembre en el London Design Festival, pero el Salone del Mobile del próximo año será donde nos dejaremos ver con plenitud».